El auge del enoturismo está haciendo vibrar a Mendoza con visitantes de Brasil principalmente, y de diferentes partes del mundo, que llegan atraídos por el paisaje natural, pero más por los vinos que allí se producen y las experiencias que se pueden vivir alrededor de la mesa.
El vino es mucho más que una bebida, es el producto del campo con mayor valor agregado que se produce en el país, y Mendoza es el principal referente por acaparar más del 80% de la producción. Y si bien la provincia tiene otras riquezas, el vino va más allá de lo que puede generar directamente. Porque gracias al placer que genera en consumidores de todo el mundo, convoca a miles de turistas a visitar Mendoza. Y ese aluvión de amantes del vino, que principalmente llega desde Brasil, está haciendo vibrar a la región cuyana.
Porque no solo visitan bodegas, sino que se hospedan en los hoteles, hacen compras en los comercios y aprovechan también para hacer alguna aventura de montaña. Y todo eso gracias al vino.
Esto explica que cada vez sean más las bodegas que tienen una propuesta gastronómica para ofrecer a sus visitantes, porque no solo es una manera de retenerlos más tiempo en sus establecimientos o venderles algo más, se trata de ofrecerles una experiencia más completa e inolvidable. Y, está comprobado, que esa es la mejor estrategia de posicionamiento de una etiqueta.
Todo este auge, hizo que la afamada Guía Michelin de restaurantes se fije en Mendoza, además de Buenos Aires. Además, el concurso Best Of Mendoza´s Wine Tourism, premia en diversas categorías como Alojamiento, Arquitectura y Paisajes, Arte y Cultura, Experiencia Innovadora, Prácticas Sustentables, Servicios Relacionados y, obviamente, Restaurantes.
El certamen es organizado por el Ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza y Great Wine Capital (GWC); red que integra la provincia desde 2005; quienes anualmente distinguen a empresas locales que se destacan en la excelencia, buenas prácticas e innovación en el turismo del vino.
Y como si fuera poco, en julio pasado se llevó a cabo estos días en La Rioja, una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas de España y del mundo, la ceremonia de los Top 50 The World’s Best Vineyards Academy, en la que se premia las mejores experiencias en bodega del mundo, y varios argentinos se destacaron por sus propuestas gastronómicas incluyendo al ganador del certamen; Catena Zapata, quizás la bodega más icónica del país, que volvió a abrir al turismo desde hace un año e inauguró el exclusivo restaurante Angélica, donde se sirve un menú de 13 pasos acompañado de los grandes vinos de la casa.
Esto significa que cada vez hay más lugares para comer y disfrutar más el vino en Mendoza.
Las propuestas gastronómicas de Mendoza
Si bien las picadas empanadas y las carnes a la parrilla siguen siendo las protagonistas, muchas bodegas se animaron a desafiar las tradiciones, incluso al paisaje. Por eso, no es descabellado encontrarse con un menú donde el pulpo o los mariscos sean los protagonistas para resaltar las virtudes de los blancos y rosados de la casa.
En general no se trata de propuestas a la carta sino más bien menús de pasos, aunque obviamente siempre se pueden adaptar los vegetarianos y veganos. Claro que la mayoría llega a Mendoza por el Malbec y el asado, entendiendo por esto las carnes rojas a la parrilla. Por eso nunca faltan en las propuestas el principal de costilla u ojo de bife al punto que el comensal lo desee para acompañar los tintos importantes.
Pero lo interesante es que la diversidad de los vinos actuales argentinos demanda también diversidad en los platos. Porque ya no se trata de tinos, blancos, espumosos, rosados o dulces, sino que hay muchos estilos, más allá de calidades, disponibles. Y para que se luzcan, es necesario también ser creativos en las cocinas. Además, varias bodegas apuestan a “ser diferentes” con propuestas internacionales, y el turista las acepta con mucho agrado, porque básicamente no se puede estar comiendo empanadas y asado durante toda la estadía.
Entonces, más allá de los que pueden agasajar a los visitantes con lo que hay, aquellas bodegas con impronta propia sobresalen. Muy pocas pueden ofrecer un menú a la carta con productos de estación, el cual no será muy variado, pero si completo. Sin embargo, cada vez son más los que apuestan por cocinar pensando en los vinos sin importar las complejidades que ello demande. Y si bien siempre la limitante es el producto, la creatividad está al nivel de la más alta gastronomía, sin que los lugares, las técnicas o el servicio tengan algo que envidiar.
Lo más osado es proponer un menú de pasos, el cuál es exhibido de antemano, con lo cual el comensal sabe con qué se va a encontrar. Claro que llega a esos lugares atraídos por la fama de sus vinos o por el atractivo de la zona, que suele ser más importante que la comida. Esto ha posibilitado a la gastronomía de Mendoza ofrecer propuestas internacionales y de todos los estilos, con productos muy variados, pero siempre con el toque local de los insumos que provee naturalmente la montaña.
Y al ser el protagonismo de los vinos, estos menús de pasos están pensados en función al maridaje, que puede ir de 4 a 15 pasos, casi siempre con la idea de ir de lo más suave a lo más intenso, tanto en los platos como en las copas. Obviamente, este programa requiere de al menos tres horas, y termina siendo lo más entretenido que ofrece Mendoza, porque alrededor de una mesa es donde mejor se comparte y más se aprecian los vinos.
Los restaurantes de bodegas más destacados
El pionero de esta movida fue el cocinero Lucas Bustos, que a principios del milenio inauguró su primer restaurante de bodega en Ruca Malen. Hoy, Lucas, es uno de los chefs más reconocidos de la Argentina, posee restaurantes en España y Mendoza (Sagrada Cocina) y es el responsable de los fuegos en Espacio Trapiche, un moderno restaurante emplazado en los jardines de la entrada al edificio de la bodega que data de principios de 1900, rodeado de viñas y la huerta orgánica.
Allí el cocinero se inspira en una cocina de producto y en los vinos de Sergio Casé, el enólogo, para dar vida a platos que hablan por sí solos. Ya que todos ellos son una puesta en escena inspirada en los paisajes mendocinos y que van cambiando de acuerdo a las estaciones del año.
Allí los maridajes su vuelven una experiencia integral, porque las sensaciones que emanan los platos y los vinos se pueden apreciar con todos los sentidos. Lucas además es un estudioso de las tradiciones locales y por eso busca rescatar en cada una de sus preparaciones la esencia de la cocina, ya sea de montaña o de mar, para proponer combinaciones que reflejen la cultura que lo rodea.
La fama del enólogo Alejandro Vigil ha trascendido las bodegas y sus vinos, porque desde hace tiempo también se dedica a sus emprendimientos gastronómicos, que significan un gran aporte para la provincia.
Y sin dudas, Casa Vigil (donde también vive) es el lugar por donde todo amante del vino quiere pasar. En Chachingo comienza un viaje poético que termina con un banquete en el paraíso. Allí, cada plato está elaborado con productos de la huerta familiar, inspirados en los productos que cada época del año florece en plenitud y se expresan en las recetas familiares.
Mientras que los vinos con excelentes puntajes internacionales son el gran tesoro, el arte y la historia son también pilares de la gran vivencia sensorial. Cerca de allí se encuentra Finca El Paraíso, la experiencia que Luigi Bosca creó con una propuesta diaria para disfrutar el vino con todos los sentidos y en sintonía con la naturaleza.
La gastronomía, que prioriza y respeta los ingredientes locales, es una pieza fundamental de la experiencia que brindan desde hace ya un año, destacándose por innovadora y la imponencia del entorno.
Es la propiedad más antigua de la familia Arizu y con mayor diversidad de cepajes implantados. Y en el centro se encuentra una casona estilo Château construida en el año 1905 que impacta por su belleza y elegancia, y fue el hogar que alojó a la familia Arizu desde 1926. Allí, además de disfrutar las propuestas que están diseñadas desde lo sensorial y tienen una vinculación directa con lo emocional, se pueden realizar degustaciones entre las vides, eventos al aire libre y la posibilidad de recorrer la casona que es parte de la historia de la familia Arizu.
Otra bodega tradicional que renovó su propuesta gastro y está atrayendo a muchos turistas es Atilio Avena que, de la mano del chef ejecutivo Lucian Ricco, propone cocina que busca identificarse con la memoria de los antepasados, trasladada al presente con la adecuada técnica y el respeto por el producto local, buscando contar la historia de quienes trabajan la tierra.
El Restaurante Abrasado, de Bodega Los Toneles, propiedad de Familia Millán, también es uno de los más elegidos por los turistas para las cenas, por su cercanía al centro de la ciudad.
Y más allá de tener una política diferencial para los residentes (como muchos), con la llegada de la primavera, realizaron modificaciones en la carta teniendo en cuenta la puesta en valor de los insumos de estación, la trazabilidad y la calidad de los productos utilizados, que provienen de fincas y viñedos propios.
Al ser responsables de toda la cadena de elaboración, la propuesta de Abrasado se basa en el concepto “del campo al plato”, y se aplica a los panes, los vinos y los vegetales. Del mismo modo, las carnes llegan a la cocina con la calidad requerida gracias al seguimiento constante de toda la cadena productiva.
El Fogón de Lagarde es uno de los restaurantes que ayudó a posicionar a Mendoza como gran destino gastronómico. Almorzar al costado del viñedo centenario y a la sobra de una arboleda añosa resulta único.
La cocina del restaurant de la bodega se basa en una combinación de variadas técnicas de cocción en fuego –chapa, rescoldo, asador, llama y hornos- con ingredientes autóctonos.
El éxito inspiró a Sofía Pescarmona a abrir Zonda, un espacio más privado también con vista al viñedo, esta vez con cocina a la vista donde proponen un camino de la huerta a la mesa con productos elegidos de acuerdo a la estación y que transmiten la esencia de la cultura mendocina.
Desde los inicios del proyecto, la familia Martino Wines quiso poner en valor aquello que más le gusta, disfrutar de buenos vinos, excelente gastronomía y compartirlo en un ambiente íntimo con amigos.
La propuesta gastronómica estacional está integrada en un menú de 4 y 7 pasos, basada en productos frescos y regionales de estación en la cual predomina trucha, molleja, ternera, pato, coliflor, frescos cítricos mendocinos y chocolates, con la autoría del chef Lucas Olcese. Allí, cada plato está maridado con cada uno de los vinos de la bodega, desde un varietal de variedades inusuales, a un blend de la línea Molteni y al Baldomir Serie Terroir; vinos iconos de cosechas excepcionales y con mucho tiempo de guarda.
El restaurante Martino Wines se ubica en el mismo predio de su bodega de 1901 en Luján de Cuyo, a solo 20 minutos de la Ciudad de Mendoza.
Pero la más flamante apertura en la zona es Observatorio el restaurante del Espacio Robino en la Bodega Dante Robino, un planeta flotando entre los Andes, donde el buen comer y el buen beber, son de todos.
Un universo de recetas simples, pero con reversiones riquísimas, donde el vino es protagonista, pero también hay lugar para otras bebidas. abre, junto al chef Juan Ventureyra, con una propuesta innovadora.
La idea es alejarse de los menús de pasos y maridajes tradicionales, para crear un universo de sabores deliciosos y sencillos, donde el único tiempo que importa es el que se disfruta en buena compañía, con una copa de algo rico en la mano. Hay pastas y embutidos caseros, tortillas, milanesa y otros clásicos de la cocina argentina, pero condimentados con fermentos y salsas como kimchi, sriracha o lactonesa. Para los amantes de lo dulce, la estrella es el alfajor relleno de chocolate y frutos rojos, y son imperdibles los helados artesanales, ideales para acompañar con espumantes de la bodega.
Durigutti Family Winemaker, de los hermanos Durigutti, obtuvo el puesto número 13 en el ranking internacional de los 50 World’ s Best Vineyards, y mucho tiene que ver la propuesta de 5 Suelos – Cocina de Finca, el restaurante comandado por Patricia Courtois.
Se trata de un emprendimiento integral, vitivinícola, turístico y gastronómico, ubicado en el corazón de Las Compuertas, en la Finca Victoria. Un espacio de 40 hectáreas dedicado a la agricultura sustentable con certificación orgánica.
Y si bien ofrece menú a la carta y de pasos, la mayoría va en busca del Menú Historia, una experiencia de 14 pasos que solo respeta la cronología del tiempo, porque foco está puesto en el recorrido gastronómico, pero a través de la historia y no de la intensidad de los vinos. Cada paso está muy pensado, y comienza con un tartar servido en una hoja, acompañado de un vino elaborado en ánforas y de manera natural, para rememorar la antigüedad grecorromana.
El menú va variando pasando por blancos y tintos de todo tipo, incluyendo un vermut de la casa para rememorar la década de esplendor del país (1910). Y culmina con una grapa de Las Compuertas, siempre con las atentas explicaciones del sommelier Martin Krawczyk Pardo.
En Vistalba, Bodega Kaiken la experiencia gastronómica tiene nombre y apellido, porque Ramos Generales es el restaurante creado por el reconocido Francis Mallmann.
Un espacio descontracturado al aire libre para disfrutar una propuesta diferente y distendida, en contacto con la naturaleza y acompañada de los mejores vinos de casa.
Muy cerca de allí, e Inmersa en el mejor paisaje mendocino por sus vistas únicas a la Cordillera de los Andes y viñedos, cada rincón de la Bodega Nieto Senetiner transmite un poco de historia y permite dejarse llevar y abrazar por el ambiente.
Situada en una de las primeras regiones vitivinícolas de Mendoza, Luján de Cuyo, Nieto Senetiner abre sus puertas todo el año con visitas guiadas, degustaciones y almuerzos. En las galerías del restaurante en Vistalba, los sabores, aromas y sonidos son parte de un paisaje único. La gastronomía está a cargo del grupo AZUCA, cuyo chef es Sebastián Weigandt, quien ofrece a los visitantes en cada menú el amor y pasión a la cocina y a los platos culturales, aquellos que nos acompañan desde siempre. Bajo el concepto de alimentos de confort, Sebastián puso el foco en ofrecer una opción de comida “hogareña”, con platos caseros elaborados con productos de altísima calidad.
Celmira Escudero es la Chef Ejecutiva del restaurante de Bodega Renacer, que supo ser galardonado como el mejor de Mendoza. Su propuesta consiste en ofrecer a los visitantes una experiencia 360º: comida y vinos maridados con increíbles vistas a la Cordillera de los Andes, y un servicio de excelencia en un entorno de naturaleza. Su menú está basado en ingredientes frescos, de estación reflejando así una cocina honesta, cercana y con vocación hacia la sostenibilidad, que sumados a platos de alta cocina que generan sabores únicos y experiencias memorables.
En la misma región (Luján de Cuyo) pero en el departamento de Agrelo, uno de los más tradicionales y que agrupa a muchas de las bodegas más reconocidas, Finca La Anita ofrece una propuesta tradicional y una más internacional, dependiendo del día.
La primera está compuesta de un asado criollo con carnes y verduras de estación, mientras que la segunda es a la carta e incluye risotto de quinoa, cerdo braseado, ternera ahumada y malfattis de espinaca, todos platos pensados para ser acompañados por los vinos de la casa.
Muy cerca de allí, abrió sus puertas Angélica, el restaurante de la bodega Catena Zapata donde sólo ofrecen almuerzo en un menú de diez pasos con opciones vegana y sin gluten, elaborado por el chef Iván Azar, pensado para maridar de diferentes maneras, siempre con vinos de la casa.
Desde allí, a través de imponentes ventanales se pueden ver los viñedos y a lo lejos la famosa pirámide que alberga la famosa bodega.
La pequeña bodega Rosell Boher es reconocida por sus espumosos, además de sus vinos, pero también por el Rosell Boher Lodge, un lugar único en el corazón de Agrelo. Allí, llegó en abril pasado Matías Aldasoro a sumarse como Director Gastronómico.
Al consagrado chef que trabajó muchos años con la familia Zuccardi, le gusta involucrarse con los proveedores locales para, juntos y a través del Comercio Justo, obtener los mejores productos de cada estación y al mismo tiempo apoyar los desarrollos sustentables. Su objetivo es plasmar toda su experiencia en los platos de la carta del lugar. Además de maridar con vinos, ofrecen un menú especial para acompañar solo con espumosos, y también opciones de 4 pasos, vegetarianas y plant based. Y es de los pocos en la zona que también abre de noche.
Ruca Malen volvió a abrir su restaurante, con una propuesta muy jugada inspirada en los vinos de Agustina Hanna, en el que cada línea es un capítulo de una historia, y los platos del menú van acompañando la misma secuencia. Así, el Capítulo Uno Chardonnay se acompaña con un appetizer, el Capítulo Dos Corte de Blancs con una calabaza, langostinos y cilantro, mientras que el Pinot Noir llega con una espinaca, huevo y alubias.
El Capítulo Tres para acompañar el principal que es una ternera con guarniciones, se sirve con dos Malbec, el Infuso y el Centenario, todo ideado por el chef Mariano Gallego.
Hacia el sur y camino a la cordillera, en las puertas del Valle de Uco, hay varias bodegas con restaurantes, y Casa Petrini se destaca porque además tiene un lodge y abre para la cena, convirtiéndose así en uno de los lugares más concurridos de la zona.
El restaurante lleva el nombre de Enrico, en honor al padre del fundador, y significa “dueño de la casa”.
Allí se puede disfrutar de una cocina auténtica y gourmet con deliciosos sabores de ayer y de hoy, fusionados en una gastronomía autóctona y mediterránea maridada con los vinos que elabora el enólogo Ariel Angelini. Cada sector brinda una exclusiva vista a la Cordillera de Los Andes y al natural paisaje de viñedos y plantas autóctonas.
En el Valle de Uco son varias las propuestas de bodegas que se lucen, sobre todo al mediodía. Y Andeluna fue pionera en ese sentido. En la bodega de Gualtallary, cada plato es una sinfonía cuidadosamente compuesta, diseñada para desatar sensaciones que danzan en armonía con cada copa de vino.
Creados por el chef Juan Pablo Míguez, su cocina es un lienzo en blanco donde los ingredientes se convierten en pinceles y los sabores en colores. Cada menú es una invitación a explorar un universo de experiencias gastronómicas, siempre acompañados por los vinos del enólogo Manuel González Bals.
Sin dudas, Salentein es una de las bodegas más visitadas del valle, porque no solo ofrece visitas guiadas de todo tipo, con restaurante propio, wine bar y hasta un museo, sino que además ha relanzado el restaurante de La Posada Salentein de la mano del chef Matías Gil Falcón, quien propone una cocina de origen a partir del horno de barro y la parrilla desde donde además de las típicas carnes llega una trucha asalmonada, ideal para acompañar los Single Vineyard blancos de la bodega.
Otro de los pioneros en la zona es el Espacio MV, el restaurante de Bodega Monteviejo, dentro del Clos de Los Siete. La cocina, a cargo de Nadia Haron, funciona con una impronta regional, que recupera todos los sabores del Valle. El restaurante forma parte de Espacio Monteviejo Valle de Uco, un lugar que fusiona toda la experiencia enogastronómica, cultural y turística con “la mejor vista del mundo.
La propuesta es un menú de cuatro pasos en el que el fuerte radica en la combinación de estilos.
Finca Piedra Infinita de la familia Zuccardi es el restaurante al que todos quieren ir en el Valle de Uco. No solo por la imponencia de la arquitectura del lugar y los vinos de montaña de Sebastián Zuccardi, sino por el restaurante con vista panorámica y una cocina de excepción, reflejo de la importancia que le da la familia a la mesa y todo lo que lo rodea, principalmente al vino y al aceite de oliva.
El restaurante abrió sus puertas en marzo de 2016, y allí se puede disfrutar un menú de 4 pasos elaborado con productos regionales con una delicada expresión gourmet maridado con vinos Zuccardi.
Fuente: Infobae
Las 18 mejores bodegas donde comer en Mendoza
El auge del enoturismo está haciendo vibrar a Mendoza con visitantes de Brasil principalmente, y de diferentes partes del mundo, que llegan atraídos por el paisaje natural, pero más por los vinos que allí se producen y las experiencias que se pueden vivir alrededor de la mesa
El vino es mucho más que una bebida, es el producto del campo con mayor valor agregado que se produce en el país, y Mendoza es el principal referente por acaparar más del 80% de la producción. Y si bien la provincia tiene otras riquezas, el vino va más allá de lo que puede generar directamente. Porque gracias al placer que genera en consumidores de todo el mundo, convoca a miles de turistas a visitar Mendoza. Y ese aluvión de amantes del vino, que principalmente llega desde Brasil, está haciendo vibrar a la región cuyana.
Porque no solo visitan bodegas, sino que se hospedan en los hoteles, hacen compras en los comercios y aprovechan también para hacer alguna aventura de montaña. Y todo eso gracias al vino.
Esto explica que cada vez sean más las bodegas que tienen una propuesta gastronómica para ofrecer a sus visitantes, porque no solo es una manera de retenerlos más tiempo en sus establecimientos o venderles algo más, se trata de ofrecerles una experiencia más completa e inolvidable. Y, está comprobado, que esa es la mejor estrategia de posicionamiento de una etiqueta.
Todo este auge, hizo que la afamada Guía Michelin de restaurantes se fije en Mendoza, además de Buenos Aires. Además, el concurso Best Of Mendoza´s Wine Tourism, premia en diversas categorías como Alojamiento, Arquitectura y Paisajes, Arte y Cultura, Experiencia Innovadora, Prácticas Sustentables, Servicios Relacionados y, obviamente, Restaurantes.
El certamen es organizado por el Ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza y Great Wine Capital (GWC); red que integra la provincia desde 2005; quienes anualmente distinguen a empresas locales que se destacan en la excelencia, buenas prácticas e innovación en el turismo del vino.
Y como si fuera poco, en julio pasado se llevó a cabo estos días en La Rioja, una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas de España y del mundo, la ceremonia de los Top 50 The World’s Best Vineyards Academy, en la que se premia las mejores experiencias en bodega del mundo, y varios argentinos se destacaron por sus propuestas gastronómicas incluyendo al ganador del certamen; Catena Zapata, quizás la bodega más icónica del país, que volvió a abrir al turismo desde hace un año e inauguró el exclusivo restaurante Angélica, donde se sirve un menú de 13 pasos acompañado de los grandes vinos de la casa.
Esto significa que cada vez hay más lugares para comer y disfrutar más el vino en Mendoza.
Las propuestas gastronómicas de Mendoza
Si bien las picadas empanadas y las carnes a la parrilla siguen siendo las protagonistas, muchas bodegas se animaron a desafiar las tradiciones, incluso al paisaje. Por eso, no es descabellado encontrarse con un menú donde el pulpo o los mariscos sean los protagonistas para resaltar las virtudes de los blancos y rosados de la casa.
En general no se trata de propuestas a la carta sino más bien menús de pasos, aunque obviamente siempre se pueden adaptar los vegetarianos y veganos. Claro que la mayoría llega a Mendoza por el Malbec y el asado, entendiendo por esto las carnes rojas a la parrilla. Por eso nunca faltan en las propuestas el principal de costilla u ojo de bife al punto que el comensal lo desee para acompañar los tintos importantes.
Pero lo interesante es que la diversidad de los vinos actuales argentinos demanda también diversidad en los platos. Porque ya no se trata de tinos, blancos, espumosos, rosados o dulces, sino que hay muchos estilos, más allá de calidades, disponibles. Y para que se luzcan, es necesario también ser creativos en las cocinas. Además, varias bodegas apuestan a “ser diferentes” con propuestas internacionales, y el turista las acepta con mucho agrado, porque básicamente no se puede estar comiendo empanadas y asado durante toda la estadía.
Entonces, más allá de los que pueden agasajar a los visitantes con lo que hay, aquellas bodegas con impronta propia sobresalen. Muy pocas pueden ofrecer un menú a la carta con productos de estación, el cual no será muy variado, pero si completo. Sin embargo, cada vez son más los que apuestan por cocinar pensando en los vinos sin importar las complejidades que ello demande. Y si bien siempre la limitante es el producto, la creatividad está al nivel de la más alta gastronomía, sin que los lugares, las técnicas o el servicio tengan algo que envidiar.
Lo más osado es proponer un menú de pasos, el cuál es exhibido de antemano, con lo cual el comensal sabe con qué se va a encontrar. Claro que llega a esos lugares atraídos por la fama de sus vinos o por el atractivo de la zona, que suele ser más importante que la comida. Esto ha posibilitado a la gastronomía de Mendoza ofrecer propuestas internacionales y de todos los estilos, con productos muy variados, pero siempre con el toque local de los insumos que provee naturalmente la montaña.
Y al ser el protagonismo de los vinos, estos menús de pasos están pensados en función al maridaje, que puede ir de 4 a 15 pasos, casi siempre con la idea de ir de lo más suave a lo más intenso, tanto en los platos como en las copas. Obviamente, este programa requiere de al menos tres horas, y termina siendo lo más entretenido que ofrece Mendoza, porque alrededor de una mesa es donde mejor se comparte y más se aprecian los vinos.
Los restaurantes de bodegas más destacados
El pionero de esta movida fue el cocinero Lucas Bustos, que a principios del milenio inauguró su primer restaurante de bodega en Ruca Malen. Hoy, Lucas, es uno de los chefs más reconocidos de la Argentina, posee restaurantes en España y Mendoza (Sagrada Cocina) y es el responsable de los fuegos en Espacio Trapiche, un moderno restaurante emplazado en los jardines de la entrada al edificio de la bodega que data de principios de 1900, rodeado de viñas y la huerta orgánica.
Allí el cocinero se inspira en una cocina de producto y en los vinos de Sergio Casé, el enólogo, para dar vida a platos que hablan por sí solos. Ya que todos ellos son una puesta en escena inspirada en los paisajes mendocinos y que van cambiando de acuerdo a las estaciones del año.
Allí los maridajes su vuelven una experiencia integral, porque las sensaciones que emanan los platos y los vinos se pueden apreciar con todos los sentidos. Lucas además es un estudioso de las tradiciones locales y por eso busca rescatar en cada una de sus preparaciones la esencia de la cocina, ya sea de montaña o de mar, para proponer combinaciones que reflejen la cultura que lo rodea.
La fama del enólogo Alejandro Vigil ha trascendido las bodegas y sus vinos, porque desde hace tiempo también se dedica a sus emprendimientos gastronómicos, que significan un gran aporte para la provincia.
Y sin dudas, Casa Vigil (donde también vive) es el lugar por donde todo amante del vino quiere pasar. En Chachingo comienza un viaje poético que termina con un banquete en el paraíso. Allí, cada plato está elaborado con productos de la huerta familiar, inspirados en los productos que cada época del año florece en plenitud y se expresan en las recetas familiares.
Mientras que los vinos con excelentes puntajes internacionales son el gran tesoro, el arte y la historia son también pilares de la gran vivencia sensorial. Cerca de allí se encuentra Finca El Paraíso, la experiencia que Luigi Bosca creó con una propuesta diaria para disfrutar el vino con todos los sentidos y en sintonía con la naturaleza.
La gastronomía, que prioriza y respeta los ingredientes locales, es una pieza fundamental de la experiencia que brindan desde hace ya un año, destacándose por innovadora y la imponencia del entorno.
Es la propiedad más antigua de la familia Arizu y con mayor diversidad de cepajes implantados. Y en el centro se encuentra una casona estilo Château construida en el año 1905 que impacta por su belleza y elegancia, y fue el hogar que alojó a la familia Arizu desde 1926. Allí, además de disfrutar las propuestas que están diseñadas desde lo sensorial y tienen una vinculación directa con lo emocional, se pueden realizar degustaciones entre las vides, eventos al aire libre y la posibilidad de recorrer la casona que es parte de la historia de la familia Arizu.
Otra bodega tradicional que renovó su propuesta gastro y está atrayendo a muchos turistas es Atilio Avena que, de la mano del chef ejecutivo Lucian Ricco, propone cocina que busca identificarse con la memoria de los antepasados, trasladada al presente con la adecuada técnica y el respeto por el producto local, buscando contar la historia de quienes trabajan la tierra.
El Restaurante Abrasado, de Bodega Los Toneles, propiedad de Familia Millán, también es uno de los más elegidos por los turistas para las cenas, por su cercanía al centro de la ciudad.
Y más allá de tener una política diferencial para los residentes (como muchos), con la llegada de la primavera, realizaron modificaciones en la carta teniendo en cuenta la puesta en valor de los insumos de estación, la trazabilidad y la calidad de los productos utilizados, que provienen de fincas y viñedos propios.
Al ser responsables de toda la cadena de elaboración, la propuesta de Abrasado se basa en el concepto “del campo al plato”, y se aplica a los panes, los vinos y los vegetales. Del mismo modo, las carnes llegan a la cocina con la calidad requerida gracias al seguimiento constante de toda la cadena productiva.
El Fogón de Lagarde es uno de los restaurantes que ayudó a posicionar a Mendoza como gran destino gastronómico. Almorzar al costado del viñedo centenario y a la sobra de una arboleda añosa resulta único.
La cocina del restaurant de la bodega se basa en una combinación de variadas técnicas de cocción en fuego –chapa, rescoldo, asador, llama y hornos- con ingredientes autóctonos.
El éxito inspiró a Sofía Pescarmona a abrir Zonda, un espacio más privado también con vista al viñedo, esta vez con cocina a la vista donde proponen un camino de la huerta a la mesa con productos elegidos de acuerdo a la estación y que transmiten la esencia de la cultura mendocina.
Desde los inicios del proyecto, la familia Martino Wines quiso poner en valor aquello que más le gusta, disfrutar de buenos vinos, excelente gastronomía y compartirlo en un ambiente íntimo con amigos.
La propuesta gastronómica estacional está integrada en un menú de 4 y 7 pasos, basada en productos frescos y regionales de estación en la cual predomina trucha, molleja, ternera, pato, coliflor, frescos cítricos mendocinos y chocolates, con la autoría del chef Lucas Olcese. Allí, cada plato está maridado con cada uno de los vinos de la bodega, desde un varietal de variedades inusuales, a un blend de la línea Molteni y al Baldomir Serie Terroir; vinos iconos de cosechas excepcionales y con mucho tiempo de guarda.
El restaurante Martino Wines se ubica en el mismo predio de su bodega de 1901 en Luján de Cuyo, a solo 20 minutos de la Ciudad de Mendoza.
Pero la más flamante apertura en la zona es Observatorio el restaurante del Espacio Robino en la Bodega Dante Robino, un planeta flotando entre los Andes, donde el buen comer y el buen beber, son de todos.
Un universo de recetas simples, pero con reversiones riquísimas, donde el vino es protagonista, pero también hay lugar para otras bebidas. abre, junto al chef Juan Ventureyra, con una propuesta innovadora.
La idea es alejarse de los menús de pasos y maridajes tradicionales, para crear un universo de sabores deliciosos y sencillos, donde el único tiempo que importa es el que se disfruta en buena compañía, con una copa de algo rico en la mano. Hay pastas y embutidos caseros, tortillas, milanesa y otros clásicos de la cocina argentina, pero condimentados con fermentos y salsas como kimchi, sriracha o lactonesa. Para los amantes de lo dulce, la estrella es el alfajor relleno de chocolate y frutos rojos, y son imperdibles los helados artesanales, ideales para acompañar con espumantes de la bodega.
Durigutti Family Winemaker, de los hermanos Durigutti, obtuvo el puesto número 13 en el ranking internacional de los 50 World’ s Best Vineyards, y mucho tiene que ver la propuesta de 5 Suelos – Cocina de Finca, el restaurante comandado por Patricia Courtois.
Se trata de un emprendimiento integral, vitivinícola, turístico y gastronómico, ubicado en el corazón de Las Compuertas, en la Finca Victoria. Un espacio de 40 hectáreas dedicado a la agricultura sustentable con certificación orgánica.
Y si bien ofrece menú a la carta y de pasos, la mayoría va en busca del Menú Historia, una experiencia de 14 pasos que solo respeta la cronología del tiempo, porque foco está puesto en el recorrido gastronómico, pero a través de la historia y no de la intensidad de los vinos. Cada paso está muy pensado, y comienza con un tartar servido en una hoja, acompañado de un vino elaborado en ánforas y de manera natural, para rememorar la antigüedad grecorromana.
El menú va variando pasando por blancos y tintos de todo tipo, incluyendo un vermut de la casa para rememorar la década de esplendor del país (1910). Y culmina con una grapa de Las Compuertas, siempre con las atentas explicaciones del sommelier Martin Krawczyk Pardo.
En Vistalba, Bodega Kaiken la experiencia gastronómica tiene nombre y apellido, porque Ramos Generales es el restaurante creado por el reconocido Francis Mallmann.
Un espacio descontracturado al aire libre para disfrutar una propuesta diferente y distendida, en contacto con la naturaleza y acompañada de los mejores vinos de casa.
Muy cerca de allí, e Inmersa en el mejor paisaje mendocino por sus vistas únicas a la Cordillera de los Andes y viñedos, cada rincón de la Bodega Nieto Senetiner transmite un poco de historia y permite dejarse llevar y abrazar por el ambiente.
Situada en una de las primeras regiones vitivinícolas de Mendoza, Luján de Cuyo, Nieto Senetiner abre sus puertas todo el año con visitas guiadas, degustaciones y almuerzos. En las galerías del restaurante en Vistalba, los sabores, aromas y sonidos son parte de un paisaje único. La gastronomía está a cargo del grupo AZUCA, cuyo chef es Sebastián Weigandt, quien ofrece a los visitantes en cada menú el amor y pasión a la cocina y a los platos culturales, aquellos que nos acompañan desde siempre. Bajo el concepto de alimentos de confort, Sebastián puso el foco en ofrecer una opción de comida “hogareña”, con platos caseros elaborados con productos de altísima calidad.
Celmira Escudero es la Chef Ejecutiva del restaurante de Bodega Renacer, que supo ser galardonado como el mejor de Mendoza. Su propuesta consiste en ofrecer a los visitantes una experiencia 360º: comida y vinos maridados con increíbles vistas a la Cordillera de los Andes, y un servicio de excelencia en un entorno de naturaleza. Su menú está basado en ingredientes frescos, de estación reflejando así una cocina honesta, cercana y con vocación hacia la sostenibilidad, que sumados a platos de alta cocina que generan sabores únicos y experiencias memorables.
En la misma región (Luján de Cuyo) pero en el departamento de Agrelo, uno de los más tradicionales y que agrupa a muchas de las bodegas más reconocidas, Finca La Anita ofrece una propuesta tradicional y una más internacional, dependiendo del día.
La primera está compuesta de un asado criollo con carnes y verduras de estación, mientras que la segunda es a la carta e incluye risotto de quinoa, cerdo braseado, ternera ahumada y malfattis de espinaca, todos platos pensados para ser acompañados por los vinos de la casa.
Muy cerca de allí, abrió sus puertas Angélica, el restaurante de la bodega Catena Zapata donde sólo ofrecen almuerzo en un menú de diez pasos con opciones vegana y sin gluten, elaborado por el chef Iván Azar, pensado para maridar de diferentes maneras, siempre con vinos de la casa.
Desde allí, a través de imponentes ventanales se pueden ver los viñedos y a lo lejos la famosa pirámide que alberga la famosa bodega.
La pequeña bodega Rosell Boher es reconocida por sus espumosos, además de sus vinos, pero también por el Rosell Boher Lodge, un lugar único en el corazón de Agrelo. Allí, llegó en abril pasado Matías Aldasoro a sumarse como Director Gastronómico.
Al consagrado chef que trabajó muchos años con la familia Zuccardi, le gusta involucrarse con los proveedores locales para, juntos y a través del Comercio Justo, obtener los mejores productos de cada estación y al mismo tiempo apoyar los desarrollos sustentables. Su objetivo es plasmar toda su experiencia en los platos de la carta del lugar. Además de maridar con vinos, ofrecen un menú especial para acompañar solo con espumosos, y también opciones de 4 pasos, vegetarianas y plant based. Y es de los pocos en la zona que también abre de noche.
Ruca Malen volvió a abrir su restaurante, con una propuesta muy jugada inspirada en los vinos de Agustina Hanna, en el que cada línea es un capítulo de una historia, y los platos del menú van acompañando la misma secuencia. Así, el Capítulo Uno Chardonnay se acompaña con un appetizer, el Capítulo Dos Corte de Blancs con una calabaza, langostinos y cilantro, mientras que el Pinot Noir llega con una espinaca, huevo y alubias.
El Capítulo Tres para acompañar el principal que es una ternera con guarniciones, se sirve con dos Malbec, el Infuso y el Centenario, todo ideado por el chef Mariano Gallego.
Hacia el sur y camino a la cordillera, en las puertas del Valle de Uco, hay varias bodegas con restaurantes, y Casa Petrini se destaca porque además tiene un lodge y abre para la cena, convirtiéndose así en uno de los lugares más concurridos de la zona.
El restaurante lleva el nombre de Enrico, en honor al padre del fundador, y significa “dueño de la casa”.
Allí se puede disfrutar de una cocina auténtica y gourmet con deliciosos sabores de ayer y de hoy, fusionados en una gastronomía autóctona y mediterránea maridada con los vinos que elabora el enólogo Ariel Angelini. Cada sector brinda una exclusiva vista a la Cordillera de Los Andes y al natural paisaje de viñedos y plantas autóctonas.
En el Valle de Uco son varias las propuestas de bodegas que se lucen, sobre todo al mediodía. Y Andeluna fue pionera en ese sentido. En la bodega de Gualtallary, cada plato es una sinfonía cuidadosamente compuesta, diseñada para desatar sensaciones que danzan en armonía con cada copa de vino.
Creados por el chef Juan Pablo Míguez, su cocina es un lienzo en blanco donde los ingredientes se convierten en pinceles y los sabores en colores. Cada menú es una invitación a explorar un universo de experiencias gastronómicas, siempre acompañados por los vinos del enólogo Manuel González Bals.
Sin dudas, Salentein es una de las bodegas más visitadas del valle, porque no solo ofrece visitas guiadas de todo tipo, con restaurante propio, wine bar y hasta un museo, sino que además ha relanzado el restaurante de La Posada Salentein de la mano del chef Matías Gil Falcón, quien propone una cocina de origen a partir del horno de barro y la parrilla desde donde además de las típicas carnes llega una trucha asalmonada, ideal para acompañar los Single Vineyard blancos de la bodega.
Otro de los pioneros en la zona es el Espacio MV, el restaurante de Bodega Monteviejo, dentro del Clos de Los Siete. La cocina, a cargo de Nadia Haron, funciona con una impronta regional, que recupera todos los sabores del Valle. El restaurante forma parte de Espacio Monteviejo Valle de Uco, un lugar que fusiona toda la experiencia enogastronómica, cultural y turística con “la mejor vista del mundo.
La propuesta es un menú de cuatro pasos en el que el fuerte radica en la combinación de estilos.
Finca Piedra Infinita de la familia Zuccardi es el restaurante al que todos quieren ir en el Valle de Uco. No solo por la imponencia de la arquitectura del lugar y los vinos de montaña de Sebastián Zuccardi, sino por el restaurante con vista panorámica y una cocina de excepción, reflejo de la importancia que le da la familia a la mesa y todo lo que lo rodea, principalmente al vino y al aceite de oliva.
El restaurante abrió sus puertas en marzo de 2016, y allí se puede disfrutar un menú de 4 pasos elaborado con productos regionales con una delicada expresión gourmet maridado con vinos Zuccardi.
rtones del Parque General San Martín, porque desde allí partirán colectivos que trasladarán a los participantes hasta los distintos puntos de largada.
Las 18 mejores bodegas donde comer en Mendoza
El auge del enoturismo está haciendo vibrar a Mendoza con visitantes de Brasil principalmente, y de diferentes partes del mundo, que llegan atraídos por el paisaje natural, pero más por los vinos que allí se producen y las experiencias que se pueden vivir alrededor de la mesa
El vino es mucho más que una bebida, es el producto del campo con mayor valor agregado que se produce en el país, y Mendoza es el principal referente por acaparar más del 80% de la producción. Y si bien la provincia tiene otras riquezas, el vino va más allá de lo que puede generar directamente. Porque gracias al placer que genera en consumidores de todo el mundo, convoca a miles de turistas a visitar Mendoza. Y ese aluvión de amantes del vino, que principalmente llega desde Brasil, está haciendo vibrar a la región cuyana.
Porque no solo visitan bodegas, sino que se hospedan en los hoteles, hacen compras en los comercios y aprovechan también para hacer alguna aventura de montaña. Y todo eso gracias al vino.
Esto explica que cada vez sean más las bodegas que tienen una propuesta gastronómica para ofrecer a sus visitantes, porque no solo es una manera de retenerlos más tiempo en sus establecimientos o venderles algo más, se trata de ofrecerles una experiencia más completa e inolvidable. Y, está comprobado, que esa es la mejor estrategia de posicionamiento de una etiqueta.
Todo este auge, hizo que la afamada Guía Michelin de restaurantes se fije en Mendoza, además de Buenos Aires. Además, el concurso Best Of Mendoza´s Wine Tourism, premia en diversas categorías como Alojamiento, Arquitectura y Paisajes, Arte y Cultura, Experiencia Innovadora, Prácticas Sustentables, Servicios Relacionados y, obviamente, Restaurantes.
El certamen es organizado por el Ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza y Great Wine Capital (GWC); red que integra la provincia desde 2005; quienes anualmente distinguen a empresas locales que se destacan en la excelencia, buenas prácticas e innovación en el turismo del vino.
Y como si fuera poco, en julio pasado se llevó a cabo estos días en La Rioja, una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas de España y del mundo, la ceremonia de los Top 50 The World’s Best Vineyards Academy, en la que se premia las mejores experiencias en bodega del mundo, y varios argentinos se destacaron por sus propuestas gastronómicas incluyendo al ganador del certamen; Catena Zapata, quizás la bodega más icónica del país, que volvió a abrir al turismo desde hace un año e inauguró el exclusivo restaurante Angélica, donde se sirve un menú de 13 pasos acompañado de los grandes vinos de la casa.
Esto significa que cada vez hay más lugares para comer y disfrutar más el vino en Mendoza.
Las propuestas gastronómicas de Mendoza
Si bien las picadas empanadas y las carnes a la parrilla siguen siendo las protagonistas, muchas bodegas se animaron a desafiar las tradiciones, incluso al paisaje. Por eso, no es descabellado encontrarse con un menú donde el pulpo o los mariscos sean los protagonistas para resaltar las virtudes de los blancos y rosados de la casa.
En general no se trata de propuestas a la carta sino más bien menús de pasos, aunque obviamente siempre se pueden adaptar los vegetarianos y veganos. Claro que la mayoría llega a Mendoza por el Malbec y el asado, entendiendo por esto las carnes rojas a la parrilla. Por eso nunca faltan en las propuestas el principal de costilla u ojo de bife al punto que el comensal lo desee para acompañar los tintos importantes.
Pero lo interesante es que la diversidad de los vinos actuales argentinos demanda también diversidad en los platos. Porque ya no se trata de tinos, blancos, espumosos, rosados o dulces, sino que hay muchos estilos, más allá de calidades, disponibles. Y para que se luzcan, es necesario también ser creativos en las cocinas. Además, varias bodegas apuestan a “ser diferentes” con propuestas internacionales, y el turista las acepta con mucho agrado, porque básicamente no se puede estar comiendo empanadas y asado durante toda la estadía.
Entonces, más allá de los que pueden agasajar a los visitantes con lo que hay, aquellas bodegas con impronta propia sobresalen. Muy pocas pueden ofrecer un menú a la carta con productos de estación, el cual no será muy variado, pero si completo. Sin embargo, cada vez son más los que apuestan por cocinar pensando en los vinos sin importar las complejidades que ello demande. Y si bien siempre la limitante es el producto, la creatividad está al nivel de la más alta gastronomía, sin que los lugares, las técnicas o el servicio tengan algo que envidiar.
Lo más osado es proponer un menú de pasos, el cuál es exhibido de antemano, con lo cual el comensal sabe con qué se va a encontrar. Claro que llega a esos lugares atraídos por la fama de sus vinos o por el atractivo de la zona, que suele ser más importante que la comida. Esto ha posibilitado a la gastronomía de Mendoza ofrecer propuestas internacionales y de todos los estilos, con productos muy variados, pero siempre con el toque local de los insumos que provee naturalmente la montaña.
Y al ser el protagonismo de los vinos, estos menús de pasos están pensados en función al maridaje, que puede ir de 4 a 15 pasos, casi siempre con la idea de ir de lo más suave a lo más intenso, tanto en los platos como en las copas. Obviamente, este programa requiere de al menos tres horas, y termina siendo lo más entretenido que ofrece Mendoza, porque alrededor de una mesa es donde mejor se comparte y más se aprecian los vinos.
Los restaurantes de bodegas más destacados
El pionero de esta movida fue el cocinero Lucas Bustos, que a principios del milenio inauguró su primer restaurante de bodega en Ruca Malen. Hoy, Lucas, es uno de los chefs más reconocidos de la Argentina, posee restaurantes en España y Mendoza (Sagrada Cocina) y es el responsable de los fuegos en Espacio Trapiche, un moderno restaurante emplazado en los jardines de la entrada al edificio de la bodega que data de principios de 1900, rodeado de viñas y la huerta orgánica.
Allí el cocinero se inspira en una cocina de producto y en los vinos de Sergio Casé, el enólogo, para dar vida a platos que hablan por sí solos. Ya que todos ellos son una puesta en escena inspirada en los paisajes mendocinos y que van cambiando de acuerdo a las estaciones del año.
Allí los maridajes su vuelven una experiencia integral, porque las sensaciones que emanan los platos y los vinos se pueden apreciar con todos los sentidos. Lucas además es un estudioso de las tradiciones locales y por eso busca rescatar en cada una de sus preparaciones la esencia de la cocina, ya sea de montaña o de mar, para proponer combinaciones que reflejen la cultura que lo rodea.
La fama del enólogo Alejandro Vigil ha trascendido las bodegas y sus vinos, porque desde hace tiempo también se dedica a sus emprendimientos gastronómicos, que significan un gran aporte para la provincia.
Y sin dudas, Casa Vigil (donde también vive) es el lugar por donde todo amante del vino quiere pasar. En Chachingo comienza un viaje poético que termina con un banquete en el paraíso. Allí, cada plato está elaborado con productos de la huerta familiar, inspirados en los productos que cada época del año florece en plenitud y se expresan en las recetas familiares.
Mientras que los vinos con excelentes puntajes internacionales son el gran tesoro, el arte y la historia son también pilares de la gran vivencia sensorial. Cerca de allí se encuentra Finca El Paraíso, la experiencia que Luigi Bosca creó con una propuesta diaria para disfrutar el vino con todos los sentidos y en sintonía con la naturaleza.
La gastronomía, que prioriza y respeta los ingredientes locales, es una pieza fundamental de la experiencia que brindan desde hace ya un año, destacándose por innovadora y la imponencia del entorno.
Es la propiedad más antigua de la familia Arizu y con mayor diversidad de cepajes implantados. Y en el centro se encuentra una casona estilo Château construida en el año 1905 que impacta por su belleza y elegancia, y fue el hogar que alojó a la familia Arizu desde 1926. Allí, además de disfrutar las propuestas que están diseñadas desde lo sensorial y tienen una vinculación directa con lo emocional, se pueden realizar degustaciones entre las vides, eventos al aire libre y la posibilidad de recorrer la casona que es parte de la historia de la familia Arizu.
Otra bodega tradicional que renovó su propuesta gastro y está atrayendo a muchos turistas es Atilio Avena que, de la mano del chef ejecutivo Lucian Ricco, propone cocina que busca identificarse con la memoria de los antepasados, trasladada al presente con la adecuada técnica y el respeto por el producto local, buscando contar la historia de quienes trabajan la tierra.
El Restaurante Abrasado, de Bodega Los Toneles, propiedad de Familia Millán, también es uno de los más elegidos por los turistas para las cenas, por su cercanía al centro de la ciudad.
Y más allá de tener una política diferencial para los residentes (como muchos), con la llegada de la primavera, realizaron modificaciones en la carta teniendo en cuenta la puesta en valor de los insumos de estación, la trazabilidad y la calidad de los productos utilizados, que provienen de fincas y viñedos propios.
Al ser responsables de toda la cadena de elaboración, la propuesta de Abrasado se basa en el concepto “del campo al plato”, y se aplica a los panes, los vinos y los vegetales. Del mismo modo, las carnes llegan a la cocina con la calidad requerida gracias al seguimiento constante de toda la cadena productiva.
El Fogón de Lagarde es uno de los restaurantes que ayudó a posicionar a Mendoza como gran destino gastronómico. Almorzar al costado del viñedo centenario y a la sobra de una arboleda añosa resulta único.
La cocina del restaurant de la bodega se basa en una combinación de variadas técnicas de cocción en fuego –chapa, rescoldo, asador, llama y hornos- con ingredientes autóctonos.
El éxito inspiró a Sofía Pescarmona a abrir Zonda, un espacio más privado también con vista al viñedo, esta vez con cocina a la vista donde proponen un camino de la huerta a la mesa con productos elegidos de acuerdo a la estación y que transmiten la esencia de la cultura mendocina.
Desde los inicios del proyecto, la familia Martino Wines quiso poner en valor aquello que más le gusta, disfrutar de buenos vinos, excelente gastronomía y compartirlo en un ambiente íntimo con amigos.
La propuesta gastronómica estacional está integrada en un menú de 4 y 7 pasos, basada en productos frescos y regionales de estación en la cual predomina trucha, molleja, ternera, pato, coliflor, frescos cítricos mendocinos y chocolates, con la autoría del chef Lucas Olcese. Allí, cada plato está maridado con cada uno de los vinos de la bodega, desde un varietal de variedades inusuales, a un blend de la línea Molteni y al Baldomir Serie Terroir; vinos iconos de cosechas excepcionales y con mucho tiempo de guarda.
El restaurante Martino Wines se ubica en el mismo predio de su bodega de 1901 en Luján de Cuyo, a solo 20 minutos de la Ciudad de Mendoza.
Pero la más flamante apertura en la zona es Observatorio el restaurante del Espacio Robino en la Bodega Dante Robino, un planeta flotando entre los Andes, donde el buen comer y el buen beber, son de todos.
Un universo de recetas simples, pero con reversiones riquísimas, donde el vino es protagonista, pero también hay lugar para otras bebidas. abre, junto al chef Juan Ventureyra, con una propuesta innovadora.
La idea es alejarse de los menús de pasos y maridajes tradicionales, para crear un universo de sabores deliciosos y sencillos, donde el único tiempo que importa es el que se disfruta en buena compañía, con una copa de algo rico en la mano. Hay pastas y embutidos caseros, tortillas, milanesa y otros clásicos de la cocina argentina, pero condimentados con fermentos y salsas como kimchi, sriracha o lactonesa. Para los amantes de lo dulce, la estrella es el alfajor relleno de chocolate y frutos rojos, y son imperdibles los helados artesanales, ideales para acompañar con espumantes de la bodega.
Durigutti Family Winemaker, de los hermanos Durigutti, obtuvo el puesto número 13 en el ranking internacional de los 50 World’ s Best Vineyards, y mucho tiene que ver la propuesta de 5 Suelos – Cocina de Finca, el restaurante comandado por Patricia Courtois.
Se trata de un emprendimiento integral, vitivinícola, turístico y gastronómico, ubicado en el corazón de Las Compuertas, en la Finca Victoria. Un espacio de 40 hectáreas dedicado a la agricultura sustentable con certificación orgánica.
Y si bien ofrece menú a la carta y de pasos, la mayoría va en busca del Menú Historia, una experiencia de 14 pasos que solo respeta la cronología del tiempo, porque foco está puesto en el recorrido gastronómico, pero a través de la historia y no de la intensidad de los vinos. Cada paso está muy pensado, y comienza con un tartar servido en una hoja, acompañado de un vino elaborado en ánforas y de manera natural, para rememorar la antigüedad grecorromana.
El menú va variando pasando por blancos y tintos de todo tipo, incluyendo un vermut de la casa para rememorar la década de esplendor del país (1910). Y culmina con una grapa de Las Compuertas, siempre con las atentas explicaciones del sommelier Martin Krawczyk Pardo.
En Vistalba, Bodega Kaiken la experiencia gastronómica tiene nombre y apellido, porque Ramos Generales es el restaurante creado por el reconocido Francis Mallmann.
Un espacio descontracturado al aire libre para disfrutar una propuesta diferente y distendida, en contacto con la naturaleza y acompañada de los mejores vinos de casa.
Muy cerca de allí, e Inmersa en el mejor paisaje mendocino por sus vistas únicas a la Cordillera de los Andes y viñedos, cada rincón de la Bodega Nieto Senetiner transmite un poco de historia y permite dejarse llevar y abrazar por el ambiente.
Situada en una de las primeras regiones vitivinícolas de Mendoza, Luján de Cuyo, Nieto Senetiner abre sus puertas todo el año con visitas guiadas, degustaciones y almuerzos. En las galerías del restaurante en Vistalba, los sabores, aromas y sonidos son parte de un paisaje único. La gastronomía está a cargo del grupo AZUCA, cuyo chef es Sebastián Weigandt, quien ofrece a los visitantes en cada menú el amor y pasión a la cocina y a los platos culturales, aquellos que nos acompañan desde siempre. Bajo el concepto de alimentos de confort, Sebastián puso el foco en ofrecer una opción de comida “hogareña”, con platos caseros elaborados con productos de altísima calidad.
Celmira Escudero es la Chef Ejecutiva del restaurante de Bodega Renacer, que supo ser galardonado como el mejor de Mendoza. Su propuesta consiste en ofrecer a los visitantes una experiencia 360º: comida y vinos maridados con increíbles vistas a la Cordillera de los Andes, y un servicio de excelencia en un entorno de naturaleza. Su menú está basado en ingredientes frescos, de estación reflejando así una cocina honesta, cercana y con vocación hacia la sostenibilidad, que sumados a platos de alta cocina que generan sabores únicos y experiencias memorables.
En la misma región (Luján de Cuyo) pero en el departamento de Agrelo, uno de los más tradicionales y que agrupa a muchas de las bodegas más reconocidas, Finca La Anita ofrece una propuesta tradicional y una más internacional, dependiendo del día.
La primera está compuesta de un asado criollo con carnes y verduras de estación, mientras que la segunda es a la carta e incluye risotto de quinoa, cerdo braseado, ternera ahumada y malfattis de espinaca, todos platos pensados para ser acompañados por los vinos de la casa.
Muy cerca de allí, abrió sus puertas Angélica, el restaurante de la bodega Catena Zapata donde sólo ofrecen almuerzo en un menú de diez pasos con opciones vegana y sin gluten, elaborado por el chef Iván Azar, pensado para maridar de diferentes maneras, siempre con vinos de la casa.
Desde allí, a través de imponentes ventanales se pueden ver los viñedos y a lo lejos la famosa pirámide que alberga la famosa bodega.
La pequeña bodega Rosell Boher es reconocida por sus espumosos, además de sus vinos, pero también por el Rosell Boher Lodge, un lugar único en el corazón de Agrelo. Allí, llegó en abril pasado Matías Aldasoro a sumarse como Director Gastronómico.
Al consagrado chef que trabajó muchos años con la familia Zuccardi, le gusta involucrarse con los proveedores locales para, juntos y a través del Comercio Justo, obtener los mejores productos de cada estación y al mismo tiempo apoyar los desarrollos sustentables. Su objetivo es plasmar toda su experiencia en los platos de la carta del lugar. Además de maridar con vinos, ofrecen un menú especial para acompañar solo con espumosos, y también opciones de 4 pasos, vegetarianas y plant based. Y es de los pocos en la zona que también abre de noche.
Ruca Malen volvió a abrir su restaurante, con una propuesta muy jugada inspirada en los vinos de Agustina Hanna, en el que cada línea es un capítulo de una historia, y los platos del menú van acompañando la misma secuencia. Así, el Capítulo Uno Chardonnay se acompaña con un appetizer, el Capítulo Dos Corte de Blancs con una calabaza, langostinos y cilantro, mientras que el Pinot Noir llega con una espinaca, huevo y alubias.
El Capítulo Tres para acompañar el principal que es una ternera con guarniciones, se sirve con dos Malbec, el Infuso y el Centenario, todo ideado por el chef Mariano Gallego.
Hacia el sur y camino a la cordillera, en las puertas del Valle de Uco, hay varias bodegas con restaurantes, y Casa Petrini se destaca porque además tiene un lodge y abre para la cena, convirtiéndose así en uno de los lugares más concurridos de la zona.
El restaurante lleva el nombre de Enrico, en honor al padre del fundador, y significa “dueño de la casa”.
Allí se puede disfrutar de una cocina auténtica y gourmet con deliciosos sabores de ayer y de hoy, fusionados en una gastronomía autóctona y mediterránea maridada con los vinos que elabora el enólogo Ariel Angelini. Cada sector brinda una exclusiva vista a la Cordillera de Los Andes y al natural paisaje de viñedos y plantas autóctonas.
En el Valle de Uco son varias las propuestas de bodegas que se lucen, sobre todo al mediodía. Y Andeluna fue pionera en ese sentido. En la bodega de Gualtallary, cada plato es una sinfonía cuidadosamente compuesta, diseñada para desatar sensaciones que danzan en armonía con cada copa de vino.
Creados por el chef Juan Pablo Míguez, su cocina es un lienzo en blanco donde los ingredientes se convierten en pinceles y los sabores en colores. Cada menú es una invitación a explorar un universo de experiencias gastronómicas, siempre acompañados por los vinos del enólogo Manuel González Bals.
Sin dudas, Salentein es una de las bodegas más visitadas del valle, porque no solo ofrece visitas guiadas de todo tipo, con restaurante propio, wine bar y hasta un museo, sino que además ha relanzado el restaurante de La Posada Salentein de la mano del chef Matías Gil Falcón, quien propone una cocina de origen a partir del horno de barro y la parrilla desde donde además de las típicas carnes llega una trucha asalmonada, ideal para acompañar los Single Vineyard blancos de la bodega.
Otro de los pioneros en la zona es el Espacio MV, el restaurante de Bodega Monteviejo, dentro del Clos de Los Siete. La cocina, a cargo de Nadia Haron, funciona con una impronta regional, que recupera todos los sabores del Valle. El restaurante forma parte de Espacio Monteviejo Valle de Uco, un lugar que fusiona toda la experiencia enogastronómica, cultural y turística con “la mejor vista del mundo.
La propuesta es un menú de cuatro pasos en el que el fuerte radica en la combinación de estilos.
Finca Piedra Infinita de la familia Zuccardi es el restaurante al que todos quieren ir en el Valle de Uco. No solo por la imponencia de la arquitectura del lugar y los vinos de montaña de Sebastián Zuccardi, sino por el restaurante con vista panorámica y una cocina de excepción, reflejo de la importancia que le da la familia a la mesa y todo lo que lo rodea, principalmente al vino y al aceite de oliva.
El restaurante abrió sus puertas en marzo de 2016, y allí se puede disfrutar un menú de 4 pasos elaborado con productos regionales con una delicada expresión gourmet maridado con vinos Zuccardi.
rtones del Parque General San Martín, porque desde allí partirán colectivos que trasladarán a los participantes hasta los distintos puntos de largada.
Las 18 mejores bodegas donde comer en Mendoza
El auge del enoturismo está haciendo vibrar a Mendoza con visitantes de Brasil principalmente, y de diferentes partes del mundo, que llegan atraídos por el paisaje natural, pero más por los vinos que allí se producen y las experiencias que se pueden vivir alrededor de la mesa
El vino es mucho más que una bebida, es el producto del campo con mayor valor agregado que se produce en el país, y Mendoza es el principal referente por acaparar más del 80% de la producción. Y si bien la provincia tiene otras riquezas, el vino va más allá de lo que puede generar directamente. Porque gracias al placer que genera en consumidores de todo el mundo, convoca a miles de turistas a visitar Mendoza. Y ese aluvión de amantes del vino, que principalmente llega desde Brasil, está haciendo vibrar a la región cuyana.
Porque no solo visitan bodegas, sino que se hospedan en los hoteles, hacen compras en los comercios y aprovechan también para hacer alguna aventura de montaña. Y todo eso gracias al vino.
Esto explica que cada vez sean más las bodegas que tienen una propuesta gastronómica para ofrecer a sus visitantes, porque no solo es una manera de retenerlos más tiempo en sus establecimientos o venderles algo más, se trata de ofrecerles una experiencia más completa e inolvidable. Y, está comprobado, que esa es la mejor estrategia de posicionamiento de una etiqueta.
Todo este auge, hizo que la afamada Guía Michelin de restaurantes se fije en Mendoza, además de Buenos Aires. Además, el concurso Best Of Mendoza´s Wine Tourism, premia en diversas categorías como Alojamiento, Arquitectura y Paisajes, Arte y Cultura, Experiencia Innovadora, Prácticas Sustentables, Servicios Relacionados y, obviamente, Restaurantes.
El certamen es organizado por el Ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza y Great Wine Capital (GWC); red que integra la provincia desde 2005; quienes anualmente distinguen a empresas locales que se destacan en la excelencia, buenas prácticas e innovación en el turismo del vino.
Y como si fuera poco, en julio pasado se llevó a cabo estos días en La Rioja, una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas de España y del mundo, la ceremonia de los Top 50 The World’s Best Vineyards Academy, en la que se premia las mejores experiencias en bodega del mundo, y varios argentinos se destacaron por sus propuestas gastronómicas incluyendo al ganador del certamen; Catena Zapata, quizás la bodega más icónica del país, que volvió a abrir al turismo desde hace un año e inauguró el exclusivo restaurante Angélica, donde se sirve un menú de 13 pasos acompañado de los grandes vinos de la casa.
Esto significa que cada vez hay más lugares para comer y disfrutar más el vino en Mendoza.
Las propuestas gastronómicas de Mendoza
Si bien las picadas empanadas y las carnes a la parrilla siguen siendo las protagonistas, muchas bodegas se animaron a desafiar las tradiciones, incluso al paisaje. Por eso, no es descabellado encontrarse con un menú donde el pulpo o los mariscos sean los protagonistas para resaltar las virtudes de los blancos y rosados de la casa.
En general no se trata de propuestas a la carta sino más bien menús de pasos, aunque obviamente siempre se pueden adaptar los vegetarianos y veganos. Claro que la mayoría llega a Mendoza por el Malbec y el asado, entendiendo por esto las carnes rojas a la parrilla. Por eso nunca faltan en las propuestas el principal de costilla u ojo de bife al punto que el comensal lo desee para acompañar los tintos importantes.
Pero lo interesante es que la diversidad de los vinos actuales argentinos demanda también diversidad en los platos. Porque ya no se trata de tinos, blancos, espumosos, rosados o dulces, sino que hay muchos estilos, más allá de calidades, disponibles. Y para que se luzcan, es necesario también ser creativos en las cocinas. Además, varias bodegas apuestan a “ser diferentes” con propuestas internacionales, y el turista las acepta con mucho agrado, porque básicamente no se puede estar comiendo empanadas y asado durante toda la estadía.
Entonces, más allá de los que pueden agasajar a los visitantes con lo que hay, aquellas bodegas con impronta propia sobresalen. Muy pocas pueden ofrecer un menú a la carta con productos de estación, el cual no será muy variado, pero si completo. Sin embargo, cada vez son más los que apuestan por cocinar pensando en los vinos sin importar las complejidades que ello demande. Y si bien siempre la limitante es el producto, la creatividad está al nivel de la más alta gastronomía, sin que los lugares, las técnicas o el servicio tengan algo que envidiar.
Lo más osado es proponer un menú de pasos, el cuál es exhibido de antemano, con lo cual el comensal sabe con qué se va a encontrar. Claro que llega a esos lugares atraídos por la fama de sus vinos o por el atractivo de la zona, que suele ser más importante que la comida. Esto ha posibilitado a la gastronomía de Mendoza ofrecer propuestas internacionales y de todos los estilos, con productos muy variados, pero siempre con el toque local de los insumos que provee naturalmente la montaña.
Y al ser el protagonismo de los vinos, estos menús de pasos están pensados en función al maridaje, que puede ir de 4 a 15 pasos, casi siempre con la idea de ir de lo más suave a lo más intenso, tanto en los platos como en las copas. Obviamente, este programa requiere de al menos tres horas, y termina siendo lo más entretenido que ofrece Mendoza, porque alrededor de una mesa es donde mejor se comparte y más se aprecian los vinos.
Los restaurantes de bodegas más destacados
El pionero de esta movida fue el cocinero Lucas Bustos, que a principios del milenio inauguró su primer restaurante de bodega en Ruca Malen. Hoy, Lucas, es uno de los chefs más reconocidos de la Argentina, posee restaurantes en España y Mendoza (Sagrada Cocina) y es el responsable de los fuegos en Espacio Trapiche, un moderno restaurante emplazado en los jardines de la entrada al edificio de la bodega que data de principios de 1900, rodeado de viñas y la huerta orgánica.
Allí el cocinero se inspira en una cocina de producto y en los vinos de Sergio Casé, el enólogo, para dar vida a platos que hablan por sí solos. Ya que todos ellos son una puesta en escena inspirada en los paisajes mendocinos y que van cambiando de acuerdo a las estaciones del año.
Allí los maridajes su vuelven una experiencia integral, porque las sensaciones que emanan los platos y los vinos se pueden apreciar con todos los sentidos. Lucas además es un estudioso de las tradiciones locales y por eso busca rescatar en cada una de sus preparaciones la esencia de la cocina, ya sea de montaña o de mar, para proponer combinaciones que reflejen la cultura que lo rodea.
La fama del enólogo Alejandro Vigil ha trascendido las bodegas y sus vinos, porque desde hace tiempo también se dedica a sus emprendimientos gastronómicos, que significan un gran aporte para la provincia.
Y sin dudas, Casa Vigil (donde también vive) es el lugar por donde todo amante del vino quiere pasar. En Chachingo comienza un viaje poético que termina con un banquete en el paraíso. Allí, cada plato está elaborado con productos de la huerta familiar, inspirados en los productos que cada época del año florece en plenitud y se expresan en las recetas familiares.
Mientras que los vinos con excelentes puntajes internacionales son el gran tesoro, el arte y la historia son también pilares de la gran vivencia sensorial. Cerca de allí se encuentra Finca El Paraíso, la experiencia que Luigi Bosca creó con una propuesta diaria para disfrutar el vino con todos los sentidos y en sintonía con la naturaleza.
La gastronomía, que prioriza y respeta los ingredientes locales, es una pieza fundamental de la experiencia que brindan desde hace ya un año, destacándose por innovadora y la imponencia del entorno.
Es la propiedad más antigua de la familia Arizu y con mayor diversidad de cepajes implantados. Y en el centro se encuentra una casona estilo Château construida en el año 1905 que impacta por su belleza y elegancia, y fue el hogar que alojó a la familia Arizu desde 1926. Allí, además de disfrutar las propuestas que están diseñadas desde lo sensorial y tienen una vinculación directa con lo emocional, se pueden realizar degustaciones entre las vides, eventos al aire libre y la posibilidad de recorrer la casona que es parte de la historia de la familia Arizu.
Otra bodega tradicional que renovó su propuesta gastro y está atrayendo a muchos turistas es Atilio Avena que, de la mano del chef ejecutivo Lucian Ricco, propone cocina que busca identificarse con la memoria de los antepasados, trasladada al presente con la adecuada técnica y el respeto por el producto local, buscando contar la historia de quienes trabajan la tierra.
El Restaurante Abrasado, de Bodega Los Toneles, propiedad de Familia Millán, también es uno de los más elegidos por los turistas para las cenas, por su cercanía al centro de la ciudad.
Y más allá de tener una política diferencial para los residentes (como muchos), con la llegada de la primavera, realizaron modificaciones en la carta teniendo en cuenta la puesta en valor de los insumos de estación, la trazabilidad y la calidad de los productos utilizados, que provienen de fincas y viñedos propios.
Al ser responsables de toda la cadena de elaboración, la propuesta de Abrasado se basa en el concepto “del campo al plato”, y se aplica a los panes, los vinos y los vegetales. Del mismo modo, las carnes llegan a la cocina con la calidad requerida gracias al seguimiento constante de toda la cadena productiva.
El Fogón de Lagarde es uno de los restaurantes que ayudó a posicionar a Mendoza como gran destino gastronómico. Almorzar al costado del viñedo centenario y a la sobra de una arboleda añosa resulta único.
La cocina del restaurant de la bodega se basa en una combinación de variadas técnicas de cocción en fuego –chapa, rescoldo, asador, llama y hornos- con ingredientes autóctonos.
El éxito inspiró a Sofía Pescarmona a abrir Zonda, un espacio más privado también con vista al viñedo, esta vez con cocina a la vista donde proponen un camino de la huerta a la mesa con productos elegidos de acuerdo a la estación y que transmiten la esencia de la cultura mendocina.
Desde los inicios del proyecto, la familia Martino Wines quiso poner en valor aquello que más le gusta, disfrutar de buenos vinos, excelente gastronomía y compartirlo en un ambiente íntimo con amigos.
La propuesta gastronómica estacional está integrada en un menú de 4 y 7 pasos, basada en productos frescos y regionales de estación en la cual predomina trucha, molleja, ternera, pato, coliflor, frescos cítricos mendocinos y chocolates, con la autoría del chef Lucas Olcese. Allí, cada plato está maridado con cada uno de los vinos de la bodega, desde un varietal de variedades inusuales, a un blend de la línea Molteni y al Baldomir Serie Terroir; vinos iconos de cosechas excepcionales y con mucho tiempo de guarda.
El restaurante Martino Wines se ubica en el mismo predio de su bodega de 1901 en Luján de Cuyo, a solo 20 minutos de la Ciudad de Mendoza.
Pero la más flamante apertura en la zona es Observatorio el restaurante del Espacio Robino en la Bodega Dante Robino, un planeta flotando entre los Andes, donde el buen comer y el buen beber, son de todos.
Un universo de recetas simples, pero con reversiones riquísimas, donde el vino es protagonista, pero también hay lugar para otras bebidas. abre, junto al chef Juan Ventureyra, con una propuesta innovadora.
La idea es alejarse de los menús de pasos y maridajes tradicionales, para crear un universo de sabores deliciosos y sencillos, donde el único tiempo que importa es el que se disfruta en buena compañía, con una copa de algo rico en la mano. Hay pastas y embutidos caseros, tortillas, milanesa y otros clásicos de la cocina argentina, pero condimentados con fermentos y salsas como kimchi, sriracha o lactonesa. Para los amantes de lo dulce, la estrella es el alfajor relleno de chocolate y frutos rojos, y son imperdibles los helados artesanales, ideales para acompañar con espumantes de la bodega.
Durigutti Family Winemaker, de los hermanos Durigutti, obtuvo el puesto número 13 en el ranking internacional de los 50 World’ s Best Vineyards, y mucho tiene que ver la propuesta de 5 Suelos – Cocina de Finca, el restaurante comandado por Patricia Courtois.
Se trata de un emprendimiento integral, vitivinícola, turístico y gastronómico, ubicado en el corazón de Las Compuertas, en la Finca Victoria. Un espacio de 40 hectáreas dedicado a la agricultura sustentable con certificación orgánica.
Y si bien ofrece menú a la carta y de pasos, la mayoría va en busca del Menú Historia, una experiencia de 14 pasos que solo respeta la cronología del tiempo, porque foco está puesto en el recorrido gastronómico, pero a través de la historia y no de la intensidad de los vinos. Cada paso está muy pensado, y comienza con un tartar servido en una hoja, acompañado de un vino elaborado en ánforas y de manera natural, para rememorar la antigüedad grecorromana.
El menú va variando pasando por blancos y tintos de todo tipo, incluyendo un vermut de la casa para rememorar la década de esplendor del país (1910). Y culmina con una grapa de Las Compuertas, siempre con las atentas explicaciones del sommelier Martin Krawczyk Pardo.
En Vistalba, Bodega Kaiken la experiencia gastronómica tiene nombre y apellido, porque Ramos Generales es el restaurante creado por el reconocido Francis Mallmann.
Un espacio descontracturado al aire libre para disfrutar una propuesta diferente y distendida, en contacto con la naturaleza y acompañada de los mejores vinos de casa.
Muy cerca de allí, e Inmersa en el mejor paisaje mendocino por sus vistas únicas a la Cordillera de los Andes y viñedos, cada rincón de la Bodega Nieto Senetiner transmite un poco de historia y permite dejarse llevar y abrazar por el ambiente.
Situada en una de las primeras regiones vitivinícolas de Mendoza, Luján de Cuyo, Nieto Senetiner abre sus puertas todo el año con visitas guiadas, degustaciones y almuerzos. En las galerías del restaurante en Vistalba, los sabores, aromas y sonidos son parte de un paisaje único. La gastronomía está a cargo del grupo AZUCA, cuyo chef es Sebastián Weigandt, quien ofrece a los visitantes en cada menú el amor y pasión a la cocina y a los platos culturales, aquellos que nos acompañan desde siempre. Bajo el concepto de alimentos de confort, Sebastián puso el foco en ofrecer una opción de comida “hogareña”, con platos caseros elaborados con productos de altísima calidad.
Celmira Escudero es la Chef Ejecutiva del restaurante de Bodega Renacer, que supo ser galardonado como el mejor de Mendoza. Su propuesta consiste en ofrecer a los visitantes una experiencia 360º: comida y vinos maridados con increíbles vistas a la Cordillera de los Andes, y un servicio de excelencia en un entorno de naturaleza. Su menú está basado en ingredientes frescos, de estación reflejando así una cocina honesta, cercana y con vocación hacia la sostenibilidad, que sumados a platos de alta cocina que generan sabores únicos y experiencias memorables.
En la misma región (Luján de Cuyo) pero en el departamento de Agrelo, uno de los más tradicionales y que agrupa a muchas de las bodegas más reconocidas, Finca La Anita ofrece una propuesta tradicional y una más internacional, dependiendo del día.
La primera está compuesta de un asado criollo con carnes y verduras de estación, mientras que la segunda es a la carta e incluye risotto de quinoa, cerdo braseado, ternera ahumada y malfattis de espinaca, todos platos pensados para ser acompañados por los vinos de la casa.
Muy cerca de allí, abrió sus puertas Angélica, el restaurante de la bodega Catena Zapata donde sólo ofrecen almuerzo en un menú de diez pasos con opciones vegana y sin gluten, elaborado por el chef Iván Azar, pensado para maridar de diferentes maneras, siempre con vinos de la casa.
Desde allí, a través de imponentes ventanales se pueden ver los viñedos y a lo lejos la famosa pirámide que alberga la famosa bodega.
La pequeña bodega Rosell Boher es reconocida por sus espumosos, además de sus vinos, pero también por el Rosell Boher Lodge, un lugar único en el corazón de Agrelo. Allí, llegó en abril pasado Matías Aldasoro a sumarse como Director Gastronómico.
Al consagrado chef que trabajó muchos años con la familia Zuccardi, le gusta involucrarse con los proveedores locales para, juntos y a través del Comercio Justo, obtener los mejores productos de cada estación y al mismo tiempo apoyar los desarrollos sustentables. Su objetivo es plasmar toda su experiencia en los platos de la carta del lugar. Además de maridar con vinos, ofrecen un menú especial para acompañar solo con espumosos, y también opciones de 4 pasos, vegetarianas y plant based. Y es de los pocos en la zona que también abre de noche.
Ruca Malen volvió a abrir su restaurante, con una propuesta muy jugada inspirada en los vinos de Agustina Hanna, en el que cada línea es un capítulo de una historia, y los platos del menú van acompañando la misma secuencia. Así, el Capítulo Uno Chardonnay se acompaña con un appetizer, el Capítulo Dos Corte de Blancs con una calabaza, langostinos y cilantro, mientras que el Pinot Noir llega con una espinaca, huevo y alubias.
El Capítulo Tres para acompañar el principal que es una ternera con guarniciones, se sirve con dos Malbec, el Infuso y el Centenario, todo ideado por el chef Mariano Gallego.
Hacia el sur y camino a la cordillera, en las puertas del Valle de Uco, hay varias bodegas con restaurantes, y Casa Petrini se destaca porque además tiene un lodge y abre para la cena, convirtiéndose así en uno de los lugares más concurridos de la zona.
El restaurante lleva el nombre de Enrico, en honor al padre del fundador, y significa “dueño de la casa”.
Allí se puede disfrutar de una cocina auténtica y gourmet con deliciosos sabores de ayer y de hoy, fusionados en una gastronomía autóctona y mediterránea maridada con los vinos que elabora el enólogo Ariel Angelini. Cada sector brinda una exclusiva vista a la Cordillera de Los Andes y al natural paisaje de viñedos y plantas autóctonas.
En el Valle de Uco son varias las propuestas de bodegas que se lucen, sobre todo al mediodía. Y Andeluna fue pionera en ese sentido. En la bodega de Gualtallary, cada plato es una sinfonía cuidadosamente compuesta, diseñada para desatar sensaciones que danzan en armonía con cada copa de vino.
Creados por el chef Juan Pablo Míguez, su cocina es un lienzo en blanco donde los ingredientes se convierten en pinceles y los sabores en colores. Cada menú es una invitación a explorar un universo de experiencias gastronómicas, siempre acompañados por los vinos del enólogo Manuel González Bals.
Sin dudas, Salentein es una de las bodegas más visitadas del valle, porque no solo ofrece visitas guiadas de todo tipo, con restaurante propio, wine bar y hasta un museo, sino que además ha relanzado el restaurante de La Posada Salentein de la mano del chef Matías Gil Falcón, quien propone una cocina de origen a partir del horno de barro y la parrilla desde donde además de las típicas carnes llega una trucha asalmonada, ideal para acompañar los Single Vineyard blancos de la bodega.
Otro de los pioneros en la zona es el Espacio MV, el restaurante de Bodega Monteviejo, dentro del Clos de Los Siete. La cocina, a cargo de Nadia Haron, funciona con una impronta regional, que recupera todos los sabores del Valle. El restaurante forma parte de Espacio Monteviejo Valle de Uco, un lugar que fusiona toda la experiencia enogastronómica, cultural y turística con “la mejor vista del mundo.
La propuesta es un menú de cuatro pasos en el que el fuerte radica en la combinación de estilos.
Finca Piedra Infinita de la familia Zuccardi es el restaurante al que todos quieren ir en el Valle de Uco. No solo por la imponencia de la arquitectura del lugar y los vinos de montaña de Sebastián Zuccardi, sino por el restaurante con vista panorámica y una cocina de excepción, reflejo de la importancia que le da la familia a la mesa y todo lo que lo rodea, principalmente al vino y al aceite de oliva.
El restaurante abrió sus puertas en marzo de 2016, y allí se puede disfrutar un menú de 4 pasos elaborado con productos regionales con una delicada expresión gourmet maridado con vinos Zuccardi.
rtones del Parque General San Martín, porque desde allí partirán colectivos que trasladarán a los participantes hasta los distintos puntos de largada.
Las 18 mejores bodegas donde comer en Mendoza
El auge del enoturismo está haciendo vibrar a Mendoza con visitantes de Brasil principalmente, y de diferentes partes del mundo, que llegan atraídos por el paisaje natural, pero más por los vinos que allí se producen y las experiencias que se pueden vivir alrededor de la mesa
El vino es mucho más que una bebida, es el producto del campo con mayor valor agregado que se produce en el país, y Mendoza es el principal referente por acaparar más del 80% de la producción. Y si bien la provincia tiene otras riquezas, el vino va más allá de lo que puede generar directamente. Porque gracias al placer que genera en consumidores de todo el mundo, convoca a miles de turistas a visitar Mendoza. Y ese aluvión de amantes del vino, que principalmente llega desde Brasil, está haciendo vibrar a la región cuyana.
Porque no solo visitan bodegas, sino que se hospedan en los hoteles, hacen compras en los comercios y aprovechan también para hacer alguna aventura de montaña. Y todo eso gracias al vino.
Esto explica que cada vez sean más las bodegas que tienen una propuesta gastronómica para ofrecer a sus visitantes, porque no solo es una manera de retenerlos más tiempo en sus establecimientos o venderles algo más, se trata de ofrecerles una experiencia más completa e inolvidable. Y, está comprobado, que esa es la mejor estrategia de posicionamiento de una etiqueta.
Todo este auge, hizo que la afamada Guía Michelin de restaurantes se fije en Mendoza, además de Buenos Aires. Además, el concurso Best Of Mendoza´s Wine Tourism, premia en diversas categorías como Alojamiento, Arquitectura y Paisajes, Arte y Cultura, Experiencia Innovadora, Prácticas Sustentables, Servicios Relacionados y, obviamente, Restaurantes.
El certamen es organizado por el Ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza y Great Wine Capital (GWC); red que integra la provincia desde 2005; quienes anualmente distinguen a empresas locales que se destacan en la excelencia, buenas prácticas e innovación en el turismo del vino.
Y como si fuera poco, en julio pasado se llevó a cabo estos días en La Rioja, una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas de España y del mundo, la ceremonia de los Top 50 The World’s Best Vineyards Academy, en la que se premia las mejores experiencias en bodega del mundo, y varios argentinos se destacaron por sus propuestas gastronómicas incluyendo al ganador del certamen; Catena Zapata, quizás la bodega más icónica del país, que volvió a abrir al turismo desde hace un año e inauguró el exclusivo restaurante Angélica, donde se sirve un menú de 13 pasos acompañado de los grandes vinos de la casa.
Esto significa que cada vez hay más lugares para comer y disfrutar más el vino en Mendoza.
Las propuestas gastronómicas de Mendoza
Si bien las picadas empanadas y las carnes a la parrilla siguen siendo las protagonistas, muchas bodegas se animaron a desafiar las tradiciones, incluso al paisaje. Por eso, no es descabellado encontrarse con un menú donde el pulpo o los mariscos sean los protagonistas para resaltar las virtudes de los blancos y rosados de la casa.
En general no se trata de propuestas a la carta sino más bien menús de pasos, aunque obviamente siempre se pueden adaptar los vegetarianos y veganos. Claro que la mayoría llega a Mendoza por el Malbec y el asado, entendiendo por esto las carnes rojas a la parrilla. Por eso nunca faltan en las propuestas el principal de costilla u ojo de bife al punto que el comensal lo desee para acompañar los tintos importantes.
Pero lo interesante es que la diversidad de los vinos actuales argentinos demanda también diversidad en los platos. Porque ya no se trata de tinos, blancos, espumosos, rosados o dulces, sino que hay muchos estilos, más allá de calidades, disponibles. Y para que se luzcan, es necesario también ser creativos en las cocinas. Además, varias bodegas apuestan a “ser diferentes” con propuestas internacionales, y el turista las acepta con mucho agrado, porque básicamente no se puede estar comiendo empanadas y asado durante toda la estadía.
Entonces, más allá de los que pueden agasajar a los visitantes con lo que hay, aquellas bodegas con impronta propia sobresalen. Muy pocas pueden ofrecer un menú a la carta con productos de estación, el cual no será muy variado, pero si completo. Sin embargo, cada vez son más los que apuestan por cocinar pensando en los vinos sin importar las complejidades que ello demande. Y si bien siempre la limitante es el producto, la creatividad está al nivel de la más alta gastronomía, sin que los lugares, las técnicas o el servicio tengan algo que envidiar.
Lo más osado es proponer un menú de pasos, el cuál es exhibido de antemano, con lo cual el comensal sabe con qué se va a encontrar. Claro que llega a esos lugares atraídos por la fama de sus vinos o por el atractivo de la zona, que suele ser más importante que la comida. Esto ha posibilitado a la gastronomía de Mendoza ofrecer propuestas internacionales y de todos los estilos, con productos muy variados, pero siempre con el toque local de los insumos que provee naturalmente la montaña.
Y al ser el protagonismo de los vinos, estos menús de pasos están pensados en función al maridaje, que puede ir de 4 a 15 pasos, casi siempre con la idea de ir de lo más suave a lo más intenso, tanto en los platos como en las copas. Obviamente, este programa requiere de al menos tres horas, y termina siendo lo más entretenido que ofrece Mendoza, porque alrededor de una mesa es donde mejor se comparte y más se aprecian los vinos.
Los restaurantes de bodegas más destacados
El pionero de esta movida fue el cocinero Lucas Bustos, que a principios del milenio inauguró su primer restaurante de bodega en Ruca Malen. Hoy, Lucas, es uno de los chefs más reconocidos de la Argentina, posee restaurantes en España y Mendoza (Sagrada Cocina) y es el responsable de los fuegos en Espacio Trapiche, un moderno restaurante emplazado en los jardines de la entrada al edificio de la bodega que data de principios de 1900, rodeado de viñas y la huerta orgánica.
Allí el cocinero se inspira en una cocina de producto y en los vinos de Sergio Casé, el enólogo, para dar vida a platos que hablan por sí solos. Ya que todos ellos son una puesta en escena inspirada en los paisajes mendocinos y que van cambiando de acuerdo a las estaciones del año.
Allí los maridajes su vuelven una experiencia integral, porque las sensaciones que emanan los platos y los vinos se pueden apreciar con todos los sentidos. Lucas además es un estudioso de las tradiciones locales y por eso busca rescatar en cada una de sus preparaciones la esencia de la cocina, ya sea de montaña o de mar, para proponer combinaciones que reflejen la cultura que lo rodea.
La fama del enólogo Alejandro Vigil ha trascendido las bodegas y sus vinos, porque desde hace tiempo también se dedica a sus emprendimientos gastronómicos, que significan un gran aporte para la provincia.
Y sin dudas, Casa Vigil (donde también vive) es el lugar por donde todo amante del vino quiere pasar. En Chachingo comienza un viaje poético que termina con un banquete en el paraíso. Allí, cada plato está elaborado con productos de la huerta familiar, inspirados en los productos que cada época del año florece en plenitud y se expresan en las recetas familiares.
Mientras que los vinos con excelentes puntajes internacionales son el gran tesoro, el arte y la historia son también pilares de la gran vivencia sensorial. Cerca de allí se encuentra Finca El Paraíso, la experiencia que Luigi Bosca creó con una propuesta diaria para disfrutar el vino con todos los sentidos y en sintonía con la naturaleza.
La gastronomía, que prioriza y respeta los ingredientes locales, es una pieza fundamental de la experiencia que brindan desde hace ya un año, destacándose por innovadora y la imponencia del entorno.
Es la propiedad más antigua de la familia Arizu y con mayor diversidad de cepajes implantados. Y en el centro se encuentra una casona estilo Château construida en el año 1905 que impacta por su belleza y elegancia, y fue el hogar que alojó a la familia Arizu desde 1926. Allí, además de disfrutar las propuestas que están diseñadas desde lo sensorial y tienen una vinculación directa con lo emocional, se pueden realizar degustaciones entre las vides, eventos al aire libre y la posibilidad de recorrer la casona que es parte de la historia de la familia Arizu.
Otra bodega tradicional que renovó su propuesta gastro y está atrayendo a muchos turistas es Atilio Avena que, de la mano del chef ejecutivo Lucian Ricco, propone cocina que busca identificarse con la memoria de los antepasados, trasladada al presente con la adecuada técnica y el respeto por el producto local, buscando contar la historia de quienes trabajan la tierra.
El Restaurante Abrasado, de Bodega Los Toneles, propiedad de Familia Millán, también es uno de los más elegidos por los turistas para las cenas, por su cercanía al centro de la ciudad.
Y más allá de tener una política diferencial para los residentes (como muchos), con la llegada de la primavera, realizaron modificaciones en la carta teniendo en cuenta la puesta en valor de los insumos de estación, la trazabilidad y la calidad de los productos utilizados, que provienen de fincas y viñedos propios.
Al ser responsables de toda la cadena de elaboración, la propuesta de Abrasado se basa en el concepto “del campo al plato”, y se aplica a los panes, los vinos y los vegetales. Del mismo modo, las carnes llegan a la cocina con la calidad requerida gracias al seguimiento constante de toda la cadena productiva.
El Fogón de Lagarde es uno de los restaurantes que ayudó a posicionar a Mendoza como gran destino gastronómico. Almorzar al costado del viñedo centenario y a la sobra de una arboleda añosa resulta único.
La cocina del restaurant de la bodega se basa en una combinación de variadas técnicas de cocción en fuego –chapa, rescoldo, asador, llama y hornos- con ingredientes autóctonos.
El éxito inspiró a Sofía Pescarmona a abrir Zonda, un espacio más privado también con vista al viñedo, esta vez con cocina a la vista donde proponen un camino de la huerta a la mesa con productos elegidos de acuerdo a la estación y que transmiten la esencia de la cultura mendocina.
Desde los inicios del proyecto, la familia Martino Wines quiso poner en valor aquello que más le gusta, disfrutar de buenos vinos, excelente gastronomía y compartirlo en un ambiente íntimo con amigos.
La propuesta gastronómica estacional está integrada en un menú de 4 y 7 pasos, basada en productos frescos y regionales de estación en la cual predomina trucha, molleja, ternera, pato, coliflor, frescos cítricos mendocinos y chocolates, con la autoría del chef Lucas Olcese. Allí, cada plato está maridado con cada uno de los vinos de la bodega, desde un varietal de variedades inusuales, a un blend de la línea Molteni y al Baldomir Serie Terroir; vinos iconos de cosechas excepcionales y con mucho tiempo de guarda.
El restaurante Martino Wines se ubica en el mismo predio de su bodega de 1901 en Luján de Cuyo, a solo 20 minutos de la Ciudad de Mendoza.
Pero la más flamante apertura en la zona es Observatorio el restaurante del Espacio Robino en la Bodega Dante Robino, un planeta flotando entre los Andes, donde el buen comer y el buen beber, son de todos.
Un universo de recetas simples, pero con reversiones riquísimas, donde el vino es protagonista, pero también hay lugar para otras bebidas. abre, junto al chef Juan Ventureyra, con una propuesta innovadora.
La idea es alejarse de los menús de pasos y maridajes tradicionales, para crear un universo de sabores deliciosos y sencillos, donde el único tiempo que importa es el que se disfruta en buena compañía, con una copa de algo rico en la mano. Hay pastas y embutidos caseros, tortillas, milanesa y otros clásicos de la cocina argentina, pero condimentados con fermentos y salsas como kimchi, sriracha o lactonesa. Para los amantes de lo dulce, la estrella es el alfajor relleno de chocolate y frutos rojos, y son imperdibles los helados artesanales, ideales para acompañar con espumantes de la bodega.
Durigutti Family Winemaker, de los hermanos Durigutti, obtuvo el puesto número 13 en el ranking internacional de los 50 World’ s Best Vineyards, y mucho tiene que ver la propuesta de 5 Suelos – Cocina de Finca, el restaurante comandado por Patricia Courtois.
Se trata de un emprendimiento integral, vitivinícola, turístico y gastronómico, ubicado en el corazón de Las Compuertas, en la Finca Victoria. Un espacio de 40 hectáreas dedicado a la agricultura sustentable con certificación orgánica.
Y si bien ofrece menú a la carta y de pasos, la mayoría va en busca del Menú Historia, una experiencia de 14 pasos que solo respeta la cronología del tiempo, porque foco está puesto en el recorrido gastronómico, pero a través de la historia y no de la intensidad de los vinos. Cada paso está muy pensado, y comienza con un tartar servido en una hoja, acompañado de un vino elaborado en ánforas y de manera natural, para rememorar la antigüedad grecorromana.
El menú va variando pasando por blancos y tintos de todo tipo, incluyendo un vermut de la casa para rememorar la década de esplendor del país (1910). Y culmina con una grapa de Las Compuertas, siempre con las atentas explicaciones del sommelier Martin Krawczyk Pardo.
En Vistalba, Bodega Kaiken la experiencia gastronómica tiene nombre y apellido, porque Ramos Generales es el restaurante creado por el reconocido Francis Mallmann.
Un espacio descontracturado al aire libre para disfrutar una propuesta diferente y distendida, en contacto con la naturaleza y acompañada de los mejores vinos de casa.
Muy cerca de allí, e Inmersa en el mejor paisaje mendocino por sus vistas únicas a la Cordillera de los Andes y viñedos, cada rincón de la Bodega Nieto Senetiner transmite un poco de historia y permite dejarse llevar y abrazar por el ambiente.
Situada en una de las primeras regiones vitivinícolas de Mendoza, Luján de Cuyo, Nieto Senetiner abre sus puertas todo el año con visitas guiadas, degustaciones y almuerzos. En las galerías del restaurante en Vistalba, los sabores, aromas y sonidos son parte de un paisaje único. La gastronomía está a cargo del grupo AZUCA, cuyo chef es Sebastián Weigandt, quien ofrece a los visitantes en cada menú el amor y pasión a la cocina y a los platos culturales, aquellos que nos acompañan desde siempre. Bajo el concepto de alimentos de confort, Sebastián puso el foco en ofrecer una opción de comida “hogareña”, con platos caseros elaborados con productos de altísima calidad.
Celmira Escudero es la Chef Ejecutiva del restaurante de Bodega Renacer, que supo ser galardonado como el mejor de Mendoza. Su propuesta consiste en ofrecer a los visitantes una experiencia 360º: comida y vinos maridados con increíbles vistas a la Cordillera de los Andes, y un servicio de excelencia en un entorno de naturaleza. Su menú está basado en ingredientes frescos, de estación reflejando así una cocina honesta, cercana y con vocación hacia la sostenibilidad, que sumados a platos de alta cocina que generan sabores únicos y experiencias memorables.
En la misma región (Luján de Cuyo) pero en el departamento de Agrelo, uno de los más tradicionales y que agrupa a muchas de las bodegas más reconocidas, Finca La Anita ofrece una propuesta tradicional y una más internacional, dependiendo del día.
La primera está compuesta de un asado criollo con carnes y verduras de estación, mientras que la segunda es a la carta e incluye risotto de quinoa, cerdo braseado, ternera ahumada y malfattis de espinaca, todos platos pensados para ser acompañados por los vinos de la casa.
Muy cerca de allí, abrió sus puertas Angélica, el restaurante de la bodega Catena Zapata donde sólo ofrecen almuerzo en un menú de diez pasos con opciones vegana y sin gluten, elaborado por el chef Iván Azar, pensado para maridar de diferentes maneras, siempre con vinos de la casa.
Desde allí, a través de imponentes ventanales se pueden ver los viñedos y a lo lejos la famosa pirámide que alberga la famosa bodega.
La pequeña bodega Rosell Boher es reconocida por sus espumosos, además de sus vinos, pero también por el Rosell Boher Lodge, un lugar único en el corazón de Agrelo. Allí, llegó en abril pasado Matías Aldasoro a sumarse como Director Gastronómico.
Al consagrado chef que trabajó muchos años con la familia Zuccardi, le gusta involucrarse con los proveedores locales para, juntos y a través del Comercio Justo, obtener los mejores productos de cada estación y al mismo tiempo apoyar los desarrollos sustentables. Su objetivo es plasmar toda su experiencia en los platos de la carta del lugar. Además de maridar con vinos, ofrecen un menú especial para acompañar solo con espumosos, y también opciones de 4 pasos, vegetarianas y plant based. Y es de los pocos en la zona que también abre de noche.
Ruca Malen volvió a abrir su restaurante, con una propuesta muy jugada inspirada en los vinos de Agustina Hanna, en el que cada línea es un capítulo de una historia, y los platos del menú van acompañando la misma secuencia. Así, el Capítulo Uno Chardonnay se acompaña con un appetizer, el Capítulo Dos Corte de Blancs con una calabaza, langostinos y cilantro, mientras que el Pinot Noir llega con una espinaca, huevo y alubias.
El Capítulo Tres para acompañar el principal que es una ternera con guarniciones, se sirve con dos Malbec, el Infuso y el Centenario, todo ideado por el chef Mariano Gallego.
Hacia el sur y camino a la cordillera, en las puertas del Valle de Uco, hay varias bodegas con restaurantes, y Casa Petrini se destaca porque además tiene un lodge y abre para la cena, convirtiéndose así en uno de los lugares más concurridos de la zona.
El restaurante lleva el nombre de Enrico, en honor al padre del fundador, y significa “dueño de la casa”.
Allí se puede disfrutar de una cocina auténtica y gourmet con deliciosos sabores de ayer y de hoy, fusionados en una gastronomía autóctona y mediterránea maridada con los vinos que elabora el enólogo Ariel Angelini. Cada sector brinda una exclusiva vista a la Cordillera de Los Andes y al natural paisaje de viñedos y plantas autóctonas.
En el Valle de Uco son varias las propuestas de bodegas que se lucen, sobre todo al mediodía. Y Andeluna fue pionera en ese sentido. En la bodega de Gualtallary, cada plato es una sinfonía cuidadosamente compuesta, diseñada para desatar sensaciones que danzan en armonía con cada copa de vino.
Creados por el chef Juan Pablo Míguez, su cocina es un lienzo en blanco donde los ingredientes se convierten en pinceles y los sabores en colores. Cada menú es una invitación a explorar un universo de experiencias gastronómicas, siempre acompañados por los vinos del enólogo Manuel González Bals.
Sin dudas, Salentein es una de las bodegas más visitadas del valle, porque no solo ofrece visitas guiadas de todo tipo, con restaurante propio, wine bar y hasta un museo, sino que además ha relanzado el restaurante de La Posada Salentein de la mano del chef Matías Gil Falcón, quien propone una cocina de origen a partir del horno de barro y la parrilla desde donde además de las típicas carnes llega una trucha asalmonada, ideal para acompañar los Single Vineyard blancos de la bodega.
Otro de los pioneros en la zona es el Espacio MV, el restaurante de Bodega Monteviejo, dentro del Clos de Los Siete. La cocina, a cargo de Nadia Haron, funciona con una impronta regional, que recupera todos los sabores del Valle. El restaurante forma parte de Espacio Monteviejo Valle de Uco, un lugar que fusiona toda la experiencia enogastronómica, cultural y turística con “la mejor vista del mundo.
La propuesta es un menú de cuatro pasos en el que el fuerte radica en la combinación de estilos.
Finca Piedra Infinita de la familia Zuccardi es el restaurante al que todos quieren ir en el Valle de Uco. No solo por la imponencia de la arquitectura del lugar y los vinos de montaña de Sebastián Zuccardi, sino por el restaurante con vista panorámica y una cocina de excepción, reflejo de la importancia que le da la familia a la mesa y todo lo que lo rodea, principalmente al vino y al aceite de oliva.
El restaurante abrió sus puertas en marzo de 2016, y allí se puede disfrutar un menú de 4 pasos elaborado con productos regionales con una delicada expresión gourmet maridado con vinos Zuccardi.
rtones del Parque General San Martín, porque desde allí partirán colectivos que trasladarán a los participantes hasta los distintos puntos de largada.
Las 18 mejores bodegas donde comer en Mendoza
El auge del enoturismo está haciendo vibrar a Mendoza con visitantes de Brasil principalmente, y de diferentes partes del mundo, que llegan atraídos por el paisaje natural, pero más por los vinos que allí se producen y las experiencias que se pueden vivir alrededor de la mesa
El vino es mucho más que una bebida, es el producto del campo con mayor valor agregado que se produce en el país, y Mendoza es el principal referente por acaparar más del 80% de la producción. Y si bien la provincia tiene otras riquezas, el vino va más allá de lo que puede generar directamente. Porque gracias al placer que genera en consumidores de todo el mundo, convoca a miles de turistas a visitar Mendoza. Y ese aluvión de amantes del vino, que principalmente llega desde Brasil, está haciendo vibrar a la región cuyana.
Porque no solo visitan bodegas, sino que se hospedan en los hoteles, hacen compras en los comercios y aprovechan también para hacer alguna aventura de montaña. Y todo eso gracias al vino.
Esto explica que cada vez sean más las bodegas que tienen una propuesta gastronómica para ofrecer a sus visitantes, porque no solo es una manera de retenerlos más tiempo en sus establecimientos o venderles algo más, se trata de ofrecerles una experiencia más completa e inolvidable. Y, está comprobado, que esa es la mejor estrategia de posicionamiento de una etiqueta.
Todo este auge, hizo que la afamada Guía Michelin de restaurantes se fije en Mendoza, además de Buenos Aires. Además, el concurso Best Of Mendoza´s Wine Tourism, premia en diversas categorías como Alojamiento, Arquitectura y Paisajes, Arte y Cultura, Experiencia Innovadora, Prácticas Sustentables, Servicios Relacionados y, obviamente, Restaurantes.
El certamen es organizado por el Ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza y Great Wine Capital (GWC); red que integra la provincia desde 2005; quienes anualmente distinguen a empresas locales que se destacan en la excelencia, buenas prácticas e innovación en el turismo del vino.
Y como si fuera poco, en julio pasado se llevó a cabo estos días en La Rioja, una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas de España y del mundo, la ceremonia de los Top 50 The World’s Best Vineyards Academy, en la que se premia las mejores experiencias en bodega del mundo, y varios argentinos se destacaron por sus propuestas gastronómicas incluyendo al ganador del certamen; Catena Zapata, quizás la bodega más icónica del país, que volvió a abrir al turismo desde hace un año e inauguró el exclusivo restaurante Angélica, donde se sirve un menú de 13 pasos acompañado de los grandes vinos de la casa.
Esto significa que cada vez hay más lugares para comer y disfrutar más el vino en Mendoza.
Las propuestas gastronómicas de Mendoza
Si bien las picadas empanadas y las carnes a la parrilla siguen siendo las protagonistas, muchas bodegas se animaron a desafiar las tradiciones, incluso al paisaje. Por eso, no es descabellado encontrarse con un menú donde el pulpo o los mariscos sean los protagonistas para resaltar las virtudes de los blancos y rosados de la casa.
En general no se trata de propuestas a la carta sino más bien menús de pasos, aunque obviamente siempre se pueden adaptar los vegetarianos y veganos. Claro que la mayoría llega a Mendoza por el Malbec y el asado, entendiendo por esto las carnes rojas a la parrilla. Por eso nunca faltan en las propuestas el principal de costilla u ojo de bife al punto que el comensal lo desee para acompañar los tintos importantes.
Pero lo interesante es que la diversidad de los vinos actuales argentinos demanda también diversidad en los platos. Porque ya no se trata de tinos, blancos, espumosos, rosados o dulces, sino que hay muchos estilos, más allá de calidades, disponibles. Y para que se luzcan, es necesario también ser creativos en las cocinas. Además, varias bodegas apuestan a “ser diferentes” con propuestas internacionales, y el turista las acepta con mucho agrado, porque básicamente no se puede estar comiendo empanadas y asado durante toda la estadía.
Entonces, más allá de los que pueden agasajar a los visitantes con lo que hay, aquellas bodegas con impronta propia sobresalen. Muy pocas pueden ofrecer un menú a la carta con productos de estación, el cual no será muy variado, pero si completo. Sin embargo, cada vez son más los que apuestan por cocinar pensando en los vinos sin importar las complejidades que ello demande. Y si bien siempre la limitante es el producto, la creatividad está al nivel de la más alta gastronomía, sin que los lugares, las técnicas o el servicio tengan algo que envidiar.
Lo más osado es proponer un menú de pasos, el cuál es exhibido de antemano, con lo cual el comensal sabe con qué se va a encontrar. Claro que llega a esos lugares atraídos por la fama de sus vinos o por el atractivo de la zona, que suele ser más importante que la comida. Esto ha posibilitado a la gastronomía de Mendoza ofrecer propuestas internacionales y de todos los estilos, con productos muy variados, pero siempre con el toque local de los insumos que provee naturalmente la montaña.
Y al ser el protagonismo de los vinos, estos menús de pasos están pensados en función al maridaje, que puede ir de 4 a 15 pasos, casi siempre con la idea de ir de lo más suave a lo más intenso, tanto en los platos como en las copas. Obviamente, este programa requiere de al menos tres horas, y termina siendo lo más entretenido que ofrece Mendoza, porque alrededor de una mesa es donde mejor se comparte y más se aprecian los vinos.
Los restaurantes de bodegas más destacados
El pionero de esta movida fue el cocinero Lucas Bustos, que a principios del milenio inauguró su primer restaurante de bodega en Ruca Malen. Hoy, Lucas, es uno de los chefs más reconocidos de la Argentina, posee restaurantes en España y Mendoza (Sagrada Cocina) y es el responsable de los fuegos en Espacio Trapiche, un moderno restaurante emplazado en los jardines de la entrada al edificio de la bodega que data de principios de 1900, rodeado de viñas y la huerta orgánica.
Allí el cocinero se inspira en una cocina de producto y en los vinos de Sergio Casé, el enólogo, para dar vida a platos que hablan por sí solos. Ya que todos ellos son una puesta en escena inspirada en los paisajes mendocinos y que van cambiando de acuerdo a las estaciones del año.
Allí los maridajes su vuelven una experiencia integral, porque las sensaciones que emanan los platos y los vinos se pueden apreciar con todos los sentidos. Lucas además es un estudioso de las tradiciones locales y por eso busca rescatar en cada una de sus preparaciones la esencia de la cocina, ya sea de montaña o de mar, para proponer combinaciones que reflejen la cultura que lo rodea.
La fama del enólogo Alejandro Vigil ha trascendido las bodegas y sus vinos, porque desde hace tiempo también se dedica a sus emprendimientos gastronómicos, que significan un gran aporte para la provincia.
Y sin dudas, Casa Vigil (donde también vive) es el lugar por donde todo amante del vino quiere pasar. En Chachingo comienza un viaje poético que termina con un banquete en el paraíso. Allí, cada plato está elaborado con productos de la huerta familiar, inspirados en los productos que cada época del año florece en plenitud y se expresan en las recetas familiares.
Mientras que los vinos con excelentes puntajes internacionales son el gran tesoro, el arte y la historia son también pilares de la gran vivencia sensorial. Cerca de allí se encuentra Finca El Paraíso, la experiencia que Luigi Bosca creó con una propuesta diaria para disfrutar el vino con todos los sentidos y en sintonía con la naturaleza.
La gastronomía, que prioriza y respeta los ingredientes locales, es una pieza fundamental de la experiencia que brindan desde hace ya un año, destacándose por innovadora y la imponencia del entorno.
Es la propiedad más antigua de la familia Arizu y con mayor diversidad de cepajes implantados. Y en el centro se encuentra una casona estilo Château construida en el año 1905 que impacta por su belleza y elegancia, y fue el hogar que alojó a la familia Arizu desde 1926. Allí, además de disfrutar las propuestas que están diseñadas desde lo sensorial y tienen una vinculación directa con lo emocional, se pueden realizar degustaciones entre las vides, eventos al aire libre y la posibilidad de recorrer la casona que es parte de la historia de la familia Arizu.
Otra bodega tradicional que renovó su propuesta gastro y está atrayendo a muchos turistas es Atilio Avena que, de la mano del chef ejecutivo Lucian Ricco, propone cocina que busca identificarse con la memoria de los antepasados, trasladada al presente con la adecuada técnica y el respeto por el producto local, buscando contar la historia de quienes trabajan la tierra.
El Restaurante Abrasado, de Bodega Los Toneles, propiedad de Familia Millán, también es uno de los más elegidos por los turistas para las cenas, por su cercanía al centro de la ciudad.
Y más allá de tener una política diferencial para los residentes (como muchos), con la llegada de la primavera, realizaron modificaciones en la carta teniendo en cuenta la puesta en valor de los insumos de estación, la trazabilidad y la calidad de los productos utilizados, que provienen de fincas y viñedos propios.
Al ser responsables de toda la cadena de elaboración, la propuesta de Abrasado se basa en el concepto “del campo al plato”, y se aplica a los panes, los vinos y los vegetales. Del mismo modo, las carnes llegan a la cocina con la calidad requerida gracias al seguimiento constante de toda la cadena productiva.
El Fogón de Lagarde es uno de los restaurantes que ayudó a posicionar a Mendoza como gran destino gastronómico. Almorzar al costado del viñedo centenario y a la sobra de una arboleda añosa resulta único.
La cocina del restaurant de la bodega se basa en una combinación de variadas técnicas de cocción en fuego –chapa, rescoldo, asador, llama y hornos- con ingredientes autóctonos.
El éxito inspiró a Sofía Pescarmona a abrir Zonda, un espacio más privado también con vista al viñedo, esta vez con cocina a la vista donde proponen un camino de la huerta a la mesa con productos elegidos de acuerdo a la estación y que transmiten la esencia de la cultura mendocina.
Desde los inicios del proyecto, la familia Martino Wines quiso poner en valor aquello que más le gusta, disfrutar de buenos vinos, excelente gastronomía y compartirlo en un ambiente íntimo con amigos.
La propuesta gastronómica estacional está integrada en un menú de 4 y 7 pasos, basada en productos frescos y regionales de estación en la cual predomina trucha, molleja, ternera, pato, coliflor, frescos cítricos mendocinos y chocolates, con la autoría del chef Lucas Olcese. Allí, cada plato está maridado con cada uno de los vinos de la bodega, desde un varietal de variedades inusuales, a un blend de la línea Molteni y al Baldomir Serie Terroir; vinos iconos de cosechas excepcionales y con mucho tiempo de guarda.
El restaurante Martino Wines se ubica en el mismo predio de su bodega de 1901 en Luján de Cuyo, a solo 20 minutos de la Ciudad de Mendoza.
Pero la más flamante apertura en la zona es Observatorio el restaurante del Espacio Robino en la Bodega Dante Robino, un planeta flotando entre los Andes, donde el buen comer y el buen beber, son de todos.
Un universo de recetas simples, pero con reversiones riquísimas, donde el vino es protagonista, pero también hay lugar para otras bebidas. abre, junto al chef Juan Ventureyra, con una propuesta innovadora.
La idea es alejarse de los menús de pasos y maridajes tradicionales, para crear un universo de sabores deliciosos y sencillos, donde el único tiempo que importa es el que se disfruta en buena compañía, con una copa de algo rico en la mano. Hay pastas y embutidos caseros, tortillas, milanesa y otros clásicos de la cocina argentina, pero condimentados con fermentos y salsas como kimchi, sriracha o lactonesa. Para los amantes de lo dulce, la estrella es el alfajor relleno de chocolate y frutos rojos, y son imperdibles los helados artesanales, ideales para acompañar con espumantes de la bodega.
Durigutti Family Winemaker, de los hermanos Durigutti, obtuvo el puesto número 13 en el ranking internacional de los 50 World’ s Best Vineyards, y mucho tiene que ver la propuesta de 5 Suelos – Cocina de Finca, el restaurante comandado por Patricia Courtois.
Se trata de un emprendimiento integral, vitivinícola, turístico y gastronómico, ubicado en el corazón de Las Compuertas, en la Finca Victoria. Un espacio de 40 hectáreas dedicado a la agricultura sustentable con certificación orgánica.
Y si bien ofrece menú a la carta y de pasos, la mayoría va en busca del Menú Historia, una experiencia de 14 pasos que solo respeta la cronología del tiempo, porque foco está puesto en el recorrido gastronómico, pero a través de la historia y no de la intensidad de los vinos. Cada paso está muy pensado, y comienza con un tartar servido en una hoja, acompañado de un vino elaborado en ánforas y de manera natural, para rememorar la antigüedad grecorromana.
El menú va variando pasando por blancos y tintos de todo tipo, incluyendo un vermut de la casa para rememorar la década de esplendor del país (1910). Y culmina con una grapa de Las Compuertas, siempre con las atentas explicaciones del sommelier Martin Krawczyk Pardo.
En Vistalba, Bodega Kaiken la experiencia gastronómica tiene nombre y apellido, porque Ramos Generales es el restaurante creado por el reconocido Francis Mallmann.
Un espacio descontracturado al aire libre para disfrutar una propuesta diferente y distendida, en contacto con la naturaleza y acompañada de los mejores vinos de casa.
Muy cerca de allí, e Inmersa en el mejor paisaje mendocino por sus vistas únicas a la Cordillera de los Andes y viñedos, cada rincón de la Bodega Nieto Senetiner transmite un poco de historia y permite dejarse llevar y abrazar por el ambiente.
Situada en una de las primeras regiones vitivinícolas de Mendoza, Luján de Cuyo, Nieto Senetiner abre sus puertas todo el año con visitas guiadas, degustaciones y almuerzos. En las galerías del restaurante en Vistalba, los sabores, aromas y sonidos son parte de un paisaje único. La gastronomía está a cargo del grupo AZUCA, cuyo chef es Sebastián Weigandt, quien ofrece a los visitantes en cada menú el amor y pasión a la cocina y a los platos culturales, aquellos que nos acompañan desde siempre. Bajo el concepto de alimentos de confort, Sebastián puso el foco en ofrecer una opción de comida “hogareña”, con platos caseros elaborados con productos de altísima calidad.
Celmira Escudero es la Chef Ejecutiva del restaurante de Bodega Renacer, que supo ser galardonado como el mejor de Mendoza. Su propuesta consiste en ofrecer a los visitantes una experiencia 360º: comida y vinos maridados con increíbles vistas a la Cordillera de los Andes, y un servicio de excelencia en un entorno de naturaleza. Su menú está basado en ingredientes frescos, de estación reflejando así una cocina honesta, cercana y con vocación hacia la sostenibilidad, que sumados a platos de alta cocina que generan sabores únicos y experiencias memorables.
En la misma región (Luján de Cuyo) pero en el departamento de Agrelo, uno de los más tradicionales y que agrupa a muchas de las bodegas más reconocidas, Finca La Anita ofrece una propuesta tradicional y una más internacional, dependiendo del día.
La primera está compuesta de un asado criollo con carnes y verduras de estación, mientras que la segunda es a la carta e incluye risotto de quinoa, cerdo braseado, ternera ahumada y malfattis de espinaca, todos platos pensados para ser acompañados por los vinos de la casa.
Muy cerca de allí, abrió sus puertas Angélica, el restaurante de la bodega Catena Zapata donde sólo ofrecen almuerzo en un menú de diez pasos con opciones vegana y sin gluten, elaborado por el chef Iván Azar, pensado para maridar de diferentes maneras, siempre con vinos de la casa.
Desde allí, a través de imponentes ventanales se pueden ver los viñedos y a lo lejos la famosa pirámide que alberga la famosa bodega.
La pequeña bodega Rosell Boher es reconocida por sus espumosos, además de sus vinos, pero también por el Rosell Boher Lodge, un lugar único en el corazón de Agrelo. Allí, llegó en abril pasado Matías Aldasoro a sumarse como Director Gastronómico.
Al consagrado chef que trabajó muchos años con la familia Zuccardi, le gusta involucrarse con los proveedores locales para, juntos y a través del Comercio Justo, obtener los mejores productos de cada estación y al mismo tiempo apoyar los desarrollos sustentables. Su objetivo es plasmar toda su experiencia en los platos de la carta del lugar. Además de maridar con vinos, ofrecen un menú especial para acompañar solo con espumosos, y también opciones de 4 pasos, vegetarianas y plant based. Y es de los pocos en la zona que también abre de noche.
Ruca Malen volvió a abrir su restaurante, con una propuesta muy jugada inspirada en los vinos de Agustina Hanna, en el que cada línea es un capítulo de una historia, y los platos del menú van acompañando la misma secuencia. Así, el Capítulo Uno Chardonnay se acompaña con un appetizer, el Capítulo Dos Corte de Blancs con una calabaza, langostinos y cilantro, mientras que el Pinot Noir llega con una espinaca, huevo y alubias.
El Capítulo Tres para acompañar el principal que es una ternera con guarniciones, se sirve con dos Malbec, el Infuso y el Centenario, todo ideado por el chef Mariano Gallego.
Hacia el sur y camino a la cordillera, en las puertas del Valle de Uco, hay varias bodegas con restaurantes, y Casa Petrini se destaca porque además tiene un lodge y abre para la cena, convirtiéndose así en uno de los lugares más concurridos de la zona.
El restaurante lleva el nombre de Enrico, en honor al padre del fundador, y significa “dueño de la casa”.
Allí se puede disfrutar de una cocina auténtica y gourmet con deliciosos sabores de ayer y de hoy, fusionados en una gastronomía autóctona y mediterránea maridada con los vinos que elabora el enólogo Ariel Angelini. Cada sector brinda una exclusiva vista a la Cordillera de Los Andes y al natural paisaje de viñedos y plantas autóctonas.
En el Valle de Uco son varias las propuestas de bodegas que se lucen, sobre todo al mediodía. Y Andeluna fue pionera en ese sentido. En la bodega de Gualtallary, cada plato es una sinfonía cuidadosamente compuesta, diseñada para desatar sensaciones que danzan en armonía con cada copa de vino.
Creados por el chef Juan Pablo Míguez, su cocina es un lienzo en blanco donde los ingredientes se convierten en pinceles y los sabores en colores. Cada menú es una invitación a explorar un universo de experiencias gastronómicas, siempre acompañados por los vinos del enólogo Manuel González Bals.
Sin dudas, Salentein es una de las bodegas más visitadas del valle, porque no solo ofrece visitas guiadas de todo tipo, con restaurante propio, wine bar y hasta un museo, sino que además ha relanzado el restaurante de La Posada Salentein de la mano del chef Matías Gil Falcón, quien propone una cocina de origen a partir del horno de barro y la parrilla desde donde además de las típicas carnes llega una trucha asalmonada, ideal para acompañar los Single Vineyard blancos de la bodega.
Otro de los pioneros en la zona es el Espacio MV, el restaurante de Bodega Monteviejo, dentro del Clos de Los Siete. La cocina, a cargo de Nadia Haron, funciona con una impronta regional, que recupera todos los sabores del Valle. El restaurante forma parte de Espacio Monteviejo Valle de Uco, un lugar que fusiona toda la experiencia enogastronómica, cultural y turística con “la mejor vista del mundo.
La propuesta es un menú de cuatro pasos en el que el fuerte radica en la combinación de estilos.
Finca Piedra Infinita de la familia Zuccardi es el restaurante al que todos quieren ir en el Valle de Uco. No solo por la imponencia de la arquitectura del lugar y los vinos de montaña de Sebastián Zuccardi, sino por el restaurante con vista panorámica y una cocina de excepción, reflejo de la importancia que le da la familia a la mesa y todo lo que lo rodea, principalmente al vino y al aceite de oliva.
El restaurante abrió sus puertas en marzo de 2016, y allí se puede disfrutar un menú de 4 pasos elaborado con productos regionales con una delicada expresión gourmet maridado con vinos Zuccardi.
rtones del Parque General San Martín, porque desde allí partirán colectivos que trasladarán a los participantes hasta los distintos puntos de largada.
Las 18 mejores bodegas donde comer en Mendoza
El auge del enoturismo está haciendo vibrar a Mendoza con visitantes de Brasil principalmente, y de diferentes partes del mundo, que llegan atraídos por el paisaje natural, pero más por los vinos que allí se producen y las experiencias que se pueden vivir alrededor de la mesa
El vino es mucho más que una bebida, es el producto del campo con mayor valor agregado que se produce en el país, y Mendoza es el principal referente por acaparar más del 80% de la producción. Y si bien la provincia tiene otras riquezas, el vino va más allá de lo que puede generar directamente. Porque gracias al placer que genera en consumidores de todo el mundo, convoca a miles de turistas a visitar Mendoza. Y ese aluvión de amantes del vino, que principalmente llega desde Brasil, está haciendo vibrar a la región cuyana.
Porque no solo visitan bodegas, sino que se hospedan en los hoteles, hacen compras en los comercios y aprovechan también para hacer alguna aventura de montaña. Y todo eso gracias al vino.
Esto explica que cada vez sean más las bodegas que tienen una propuesta gastronómica para ofrecer a sus visitantes, porque no solo es una manera de retenerlos más tiempo en sus establecimientos o venderles algo más, se trata de ofrecerles una experiencia más completa e inolvidable. Y, está comprobado, que esa es la mejor estrategia de posicionamiento de una etiqueta.
Todo este auge, hizo que la afamada Guía Michelin de restaurantes se fije en Mendoza, además de Buenos Aires. Además, el concurso Best Of Mendoza´s Wine Tourism, premia en diversas categorías como Alojamiento, Arquitectura y Paisajes, Arte y Cultura, Experiencia Innovadora, Prácticas Sustentables, Servicios Relacionados y, obviamente, Restaurantes.
El certamen es organizado por el Ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza y Great Wine Capital (GWC); red que integra la provincia desde 2005; quienes anualmente distinguen a empresas locales que se destacan en la excelencia, buenas prácticas e innovación en el turismo del vino.
Y como si fuera poco, en julio pasado se llevó a cabo estos días en La Rioja, una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas de España y del mundo, la ceremonia de los Top 50 The World’s Best Vineyards Academy, en la que se premia las mejores experiencias en bodega del mundo, y varios argentinos se destacaron por sus propuestas gastronómicas incluyendo al ganador del certamen; Catena Zapata, quizás la bodega más icónica del país, que volvió a abrir al turismo desde hace un año e inauguró el exclusivo restaurante Angélica, donde se sirve un menú de 13 pasos acompañado de los grandes vinos de la casa.
Esto significa que cada vez hay más lugares para comer y disfrutar más el vino en Mendoza.
Las propuestas gastronómicas de Mendoza
Si bien las picadas empanadas y las carnes a la parrilla siguen siendo las protagonistas, muchas bodegas se animaron a desafiar las tradiciones, incluso al paisaje. Por eso, no es descabellado encontrarse con un menú donde el pulpo o los mariscos sean los protagonistas para resaltar las virtudes de los blancos y rosados de la casa.
En general no se trata de propuestas a la carta sino más bien menús de pasos, aunque obviamente siempre se pueden adaptar los vegetarianos y veganos. Claro que la mayoría llega a Mendoza por el Malbec y el asado, entendiendo por esto las carnes rojas a la parrilla. Por eso nunca faltan en las propuestas el principal de costilla u ojo de bife al punto que el comensal lo desee para acompañar los tintos importantes.
Pero lo interesante es que la diversidad de los vinos actuales argentinos demanda también diversidad en los platos. Porque ya no se trata de tinos, blancos, espumosos, rosados o dulces, sino que hay muchos estilos, más allá de calidades, disponibles. Y para que se luzcan, es necesario también ser creativos en las cocinas. Además, varias bodegas apuestan a “ser diferentes” con propuestas internacionales, y el turista las acepta con mucho agrado, porque básicamente no se puede estar comiendo empanadas y asado durante toda la estadía.
Entonces, más allá de los que pueden agasajar a los visitantes con lo que hay, aquellas bodegas con impronta propia sobresalen. Muy pocas pueden ofrecer un menú a la carta con productos de estación, el cual no será muy variado, pero si completo. Sin embargo, cada vez son más los que apuestan por cocinar pensando en los vinos sin importar las complejidades que ello demande. Y si bien siempre la limitante es el producto, la creatividad está al nivel de la más alta gastronomía, sin que los lugares, las técnicas o el servicio tengan algo que envidiar.
Lo más osado es proponer un menú de pasos, el cuál es exhibido de antemano, con lo cual el comensal sabe con qué se va a encontrar. Claro que llega a esos lugares atraídos por la fama de sus vinos o por el atractivo de la zona, que suele ser más importante que la comida. Esto ha posibilitado a la gastronomía de Mendoza ofrecer propuestas internacionales y de todos los estilos, con productos muy variados, pero siempre con el toque local de los insumos que provee naturalmente la montaña.
Y al ser el protagonismo de los vinos, estos menús de pasos están pensados en función al maridaje, que puede ir de 4 a 15 pasos, casi siempre con la idea de ir de lo más suave a lo más intenso, tanto en los platos como en las copas. Obviamente, este programa requiere de al menos tres horas, y termina siendo lo más entretenido que ofrece Mendoza, porque alrededor de una mesa es donde mejor se comparte y más se aprecian los vinos.
Los restaurantes de bodegas más destacados
El pionero de esta movida fue el cocinero Lucas Bustos, que a principios del milenio inauguró su primer restaurante de bodega en Ruca Malen. Hoy, Lucas, es uno de los chefs más reconocidos de la Argentina, posee restaurantes en España y Mendoza (Sagrada Cocina) y es el responsable de los fuegos en Espacio Trapiche, un moderno restaurante emplazado en los jardines de la entrada al edificio de la bodega que data de principios de 1900, rodeado de viñas y la huerta orgánica.
Allí el cocinero se inspira en una cocina de producto y en los vinos de Sergio Casé, el enólogo, para dar vida a platos que hablan por sí solos. Ya que todos ellos son una puesta en escena inspirada en los paisajes mendocinos y que van cambiando de acuerdo a las estaciones del año.
Allí los maridajes su vuelven una experiencia integral, porque las sensaciones que emanan los platos y los vinos se pueden apreciar con todos los sentidos. Lucas además es un estudioso de las tradiciones locales y por eso busca rescatar en cada una de sus preparaciones la esencia de la cocina, ya sea de montaña o de mar, para proponer combinaciones que reflejen la cultura que lo rodea.
La fama del enólogo Alejandro Vigil ha trascendido las bodegas y sus vinos, porque desde hace tiempo también se dedica a sus emprendimientos gastronómicos, que significan un gran aporte para la provincia.
Y sin dudas, Casa Vigil (donde también vive) es el lugar por donde todo amante del vino quiere pasar. En Chachingo comienza un viaje poético que termina con un banquete en el paraíso. Allí, cada plato está elaborado con productos de la huerta familiar, inspirados en los productos que cada época del año florece en plenitud y se expresan en las recetas familiares.
Mientras que los vinos con excelentes puntajes internacionales son el gran tesoro, el arte y la historia son también pilares de la gran vivencia sensorial. Cerca de allí se encuentra Finca El Paraíso, la experiencia que Luigi Bosca creó con una propuesta diaria para disfrutar el vino con todos los sentidos y en sintonía con la naturaleza.
La gastronomía, que prioriza y respeta los ingredientes locales, es una pieza fundamental de la experiencia que brindan desde hace ya un año, destacándose por innovadora y la imponencia del entorno.
Es la propiedad más antigua de la familia Arizu y con mayor diversidad de cepajes implantados. Y en el centro se encuentra una casona estilo Château construida en el año 1905 que impacta por su belleza y elegancia, y fue el hogar que alojó a la familia Arizu desde 1926. Allí, además de disfrutar las propuestas que están diseñadas desde lo sensorial y tienen una vinculación directa con lo emocional, se pueden realizar degustaciones entre las vides, eventos al aire libre y la posibilidad de recorrer la casona que es parte de la historia de la familia Arizu.
Otra bodega tradicional que renovó su propuesta gastro y está atrayendo a muchos turistas es Atilio Avena que, de la mano del chef ejecutivo Lucian Ricco, propone cocina que busca identificarse con la memoria de los antepasados, trasladada al presente con la adecuada técnica y el respeto por el producto local, buscando contar la historia de quienes trabajan la tierra.
El Restaurante Abrasado, de Bodega Los Toneles, propiedad de Familia Millán, también es uno de los más elegidos por los turistas para las cenas, por su cercanía al centro de la ciudad.
Y más allá de tener una política diferencial para los residentes (como muchos), con la llegada de la primavera, realizaron modificaciones en la carta teniendo en cuenta la puesta en valor de los insumos de estación, la trazabilidad y la calidad de los productos utilizados, que provienen de fincas y viñedos propios.
Al ser responsables de toda la cadena de elaboración, la propuesta de Abrasado se basa en el concepto “del campo al plato”, y se aplica a los panes, los vinos y los vegetales. Del mismo modo, las carnes llegan a la cocina con la calidad requerida gracias al seguimiento constante de toda la cadena productiva.
El Fogón de Lagarde es uno de los restaurantes que ayudó a posicionar a Mendoza como gran destino gastronómico. Almorzar al costado del viñedo centenario y a la sobra de una arboleda añosa resulta único.
La cocina del restaurant de la bodega se basa en una combinación de variadas técnicas de cocción en fuego –chapa, rescoldo, asador, llama y hornos- con ingredientes autóctonos.
El éxito inspiró a Sofía Pescarmona a abrir Zonda, un espacio más privado también con vista al viñedo, esta vez con cocina a la vista donde proponen un camino de la huerta a la mesa con productos elegidos de acuerdo a la estación y que transmiten la esencia de la cultura mendocina.
Desde los inicios del proyecto, la familia Martino Wines quiso poner en valor aquello que más le gusta, disfrutar de buenos vinos, excelente gastronomía y compartirlo en un ambiente íntimo con amigos.
La propuesta gastronómica estacional está integrada en un menú de 4 y 7 pasos, basada en productos frescos y regionales de estación en la cual predomina trucha, molleja, ternera, pato, coliflor, frescos cítricos mendocinos y chocolates, con la autoría del chef Lucas Olcese. Allí, cada plato está maridado con cada uno de los vinos de la bodega, desde un varietal de variedades inusuales, a un blend de la línea Molteni y al Baldomir Serie Terroir; vinos iconos de cosechas excepcionales y con mucho tiempo de guarda.
El restaurante Martino Wines se ubica en el mismo predio de su bodega de 1901 en Luján de Cuyo, a solo 20 minutos de la Ciudad de Mendoza.
Pero la más flamante apertura en la zona es Observatorio el restaurante del Espacio Robino en la Bodega Dante Robino, un planeta flotando entre los Andes, donde el buen comer y el buen beber, son de todos.
Un universo de recetas simples, pero con reversiones riquísimas, donde el vino es protagonista, pero también hay lugar para otras bebidas. abre, junto al chef Juan Ventureyra, con una propuesta innovadora.
La idea es alejarse de los menús de pasos y maridajes tradicionales, para crear un universo de sabores deliciosos y sencillos, donde el único tiempo que importa es el que se disfruta en buena compañía, con una copa de algo rico en la mano. Hay pastas y embutidos caseros, tortillas, milanesa y otros clásicos de la cocina argentina, pero condimentados con fermentos y salsas como kimchi, sriracha o lactonesa. Para los amantes de lo dulce, la estrella es el alfajor relleno de chocolate y frutos rojos, y son imperdibles los helados artesanales, ideales para acompañar con espumantes de la bodega.
Durigutti Family Winemaker, de los hermanos Durigutti, obtuvo el puesto número 13 en el ranking internacional de los 50 World’ s Best Vineyards, y mucho tiene que ver la propuesta de 5 Suelos – Cocina de Finca, el restaurante comandado por Patricia Courtois.
Se trata de un emprendimiento integral, vitivinícola, turístico y gastronómico, ubicado en el corazón de Las Compuertas, en la Finca Victoria. Un espacio de 40 hectáreas dedicado a la agricultura sustentable con certificación orgánica.
Y si bien ofrece menú a la carta y de pasos, la mayoría va en busca del Menú Historia, una experiencia de 14 pasos que solo respeta la cronología del tiempo, porque foco está puesto en el recorrido gastronómico, pero a través de la historia y no de la intensidad de los vinos. Cada paso está muy pensado, y comienza con un tartar servido en una hoja, acompañado de un vino elaborado en ánforas y de manera natural, para rememorar la antigüedad grecorromana.
El menú va variando pasando por blancos y tintos de todo tipo, incluyendo un vermut de la casa para rememorar la década de esplendor del país (1910). Y culmina con una grapa de Las Compuertas, siempre con las atentas explicaciones del sommelier Martin Krawczyk Pardo.
En Vistalba, Bodega Kaiken la experiencia gastronómica tiene nombre y apellido, porque Ramos Generales es el restaurante creado por el reconocido Francis Mallmann.
Un espacio descontracturado al aire libre para disfrutar una propuesta diferente y distendida, en contacto con la naturaleza y acompañada de los mejores vinos de casa.
Muy cerca de allí, e Inmersa en el mejor paisaje mendocino por sus vistas únicas a la Cordillera de los Andes y viñedos, cada rincón de la Bodega Nieto Senetiner transmite un poco de historia y permite dejarse llevar y abrazar por el ambiente.
Situada en una de las primeras regiones vitivinícolas de Mendoza, Luján de Cuyo, Nieto Senetiner abre sus puertas todo el año con visitas guiadas, degustaciones y almuerzos. En las galerías del restaurante en Vistalba, los sabores, aromas y sonidos son parte de un paisaje único. La gastronomía está a cargo del grupo AZUCA, cuyo chef es Sebastián Weigandt, quien ofrece a los visitantes en cada menú el amor y pasión a la cocina y a los platos culturales, aquellos que nos acompañan desde siempre. Bajo el concepto de alimentos de confort, Sebastián puso el foco en ofrecer una opción de comida “hogareña”, con platos caseros elaborados con productos de altísima calidad.
Celmira Escudero es la Chef Ejecutiva del restaurante de Bodega Renacer, que supo ser galardonado como el mejor de Mendoza. Su propuesta consiste en ofrecer a los visitantes una experiencia 360º: comida y vinos maridados con increíbles vistas a la Cordillera de los Andes, y un servicio de excelencia en un entorno de naturaleza. Su menú está basado en ingredientes frescos, de estación reflejando así una cocina honesta, cercana y con vocación hacia la sostenibilidad, que sumados a platos de alta cocina que generan sabores únicos y experiencias memorables.
En la misma región (Luján de Cuyo) pero en el departamento de Agrelo, uno de los más tradicionales y que agrupa a muchas de las bodegas más reconocidas, Finca La Anita ofrece una propuesta tradicional y una más internacional, dependiendo del día.
La primera está compuesta de un asado criollo con carnes y verduras de estación, mientras que la segunda es a la carta e incluye risotto de quinoa, cerdo braseado, ternera ahumada y malfattis de espinaca, todos platos pensados para ser acompañados por los vinos de la casa.
Muy cerca de allí, abrió sus puertas Angélica, el restaurante de la bodega Catena Zapata donde sólo ofrecen almuerzo en un menú de diez pasos con opciones vegana y sin gluten, elaborado por el chef Iván Azar, pensado para maridar de diferentes maneras, siempre con vinos de la casa.
Desde allí, a través de imponentes ventanales se pueden ver los viñedos y a lo lejos la famosa pirámide que alberga la famosa bodega.
La pequeña bodega Rosell Boher es reconocida por sus espumosos, además de sus vinos, pero también por el Rosell Boher Lodge, un lugar único en el corazón de Agrelo. Allí, llegó en abril pasado Matías Aldasoro a sumarse como Director Gastronómico.
Al consagrado chef que trabajó muchos años con la familia Zuccardi, le gusta involucrarse con los proveedores locales para, juntos y a través del Comercio Justo, obtener los mejores productos de cada estación y al mismo tiempo apoyar los desarrollos sustentables. Su objetivo es plasmar toda su experiencia en los platos de la carta del lugar. Además de maridar con vinos, ofrecen un menú especial para acompañar solo con espumosos, y también opciones de 4 pasos, vegetarianas y plant based. Y es de los pocos en la zona que también abre de noche.
Ruca Malen volvió a abrir su restaurante, con una propuesta muy jugada inspirada en los vinos de Agustina Hanna, en el que cada línea es un capítulo de una historia, y los platos del menú van acompañando la misma secuencia. Así, el Capítulo Uno Chardonnay se acompaña con un appetizer, el Capítulo Dos Corte de Blancs con una calabaza, langostinos y cilantro, mientras que el Pinot Noir llega con una espinaca, huevo y alubias.
El Capítulo Tres para acompañar el principal que es una ternera con guarniciones, se sirve con dos Malbec, el Infuso y el Centenario, todo ideado por el chef Mariano Gallego.
Hacia el sur y camino a la cordillera, en las puertas del Valle de Uco, hay varias bodegas con restaurantes, y Casa Petrini se destaca porque además tiene un lodge y abre para la cena, convirtiéndose así en uno de los lugares más concurridos de la zona.
El restaurante lleva el nombre de Enrico, en honor al padre del fundador, y significa “dueño de la casa”.
Allí se puede disfrutar de una cocina auténtica y gourmet con deliciosos sabores de ayer y de hoy, fusionados en una gastronomía autóctona y mediterránea maridada con los vinos que elabora el enólogo Ariel Angelini. Cada sector brinda una exclusiva vista a la Cordillera de Los Andes y al natural paisaje de viñedos y plantas autóctonas.
En el Valle de Uco son varias las propuestas de bodegas que se lucen, sobre todo al mediodía. Y Andeluna fue pionera en ese sentido. En la bodega de Gualtallary, cada plato es una sinfonía cuidadosamente compuesta, diseñada para desatar sensaciones que danzan en armonía con cada copa de vino.
Creados por el chef Juan Pablo Míguez, su cocina es un lienzo en blanco donde los ingredientes se convierten en pinceles y los sabores en colores. Cada menú es una invitación a explorar un universo de experiencias gastronómicas, siempre acompañados por los vinos del enólogo Manuel González Bals.
Sin dudas, Salentein es una de las bodegas más visitadas del valle, porque no solo ofrece visitas guiadas de todo tipo, con restaurante propio, wine bar y hasta un museo, sino que además ha relanzado el restaurante de La Posada Salentein de la mano del chef Matías Gil Falcón, quien propone una cocina de origen a partir del horno de barro y la parrilla desde donde además de las típicas carnes llega una trucha asalmonada, ideal para acompañar los Single Vineyard blancos de la bodega.
Otro de los pioneros en la zona es el Espacio MV, el restaurante de Bodega Monteviejo, dentro del Clos de Los Siete. La cocina, a cargo de Nadia Haron, funciona con una impronta regional, que recupera todos los sabores del Valle. El restaurante forma parte de Espacio Monteviejo Valle de Uco, un lugar que fusiona toda la experiencia enogastronómica, cultural y turística con “la mejor vista del mundo.
La propuesta es un menú de cuatro pasos en el que el fuerte radica en la combinación de estilos.
Finca Piedra Infinita de la familia Zuccardi es el restaurante al que todos quieren ir en el Valle de Uco. No solo por la imponencia de la arquitectura del lugar y los vinos de montaña de Sebastián Zuccardi, sino por el restaurante con vista panorámica y una cocina de excepción, reflejo de la importancia que le da la familia a la mesa y todo lo que lo rodea, principalmente al vino y al aceite de oliva.
El restaurante abrió sus puertas en marzo de 2016, y allí se puede disfrutar un menú de 4 pasos elaborado con productos regionales con una delicada expresión gourmet maridado con vinos Zuccardi.
rtones del Parque General San Martín, porque desde allí partirán colectivos que trasladarán a los participantes hasta los distintos puntos de largada.
Las 18 mejores bodegas donde comer en Mendoza
El auge del enoturismo está haciendo vibrar a Mendoza con visitantes de Brasil principalmente, y de diferentes partes del mundo, que llegan atraídos por el paisaje natural, pero más por los vinos que allí se producen y las experiencias que se pueden vivir alrededor de la mesa
El vino es mucho más que una bebida, es el producto del campo con mayor valor agregado que se produce en el país, y Mendoza es el principal referente por acaparar más del 80% de la producción. Y si bien la provincia tiene otras riquezas, el vino va más allá de lo que puede generar directamente. Porque gracias al placer que genera en consumidores de todo el mundo, convoca a miles de turistas a visitar Mendoza. Y ese aluvión de amantes del vino, que principalmente llega desde Brasil, está haciendo vibrar a la región cuyana.
Porque no solo visitan bodegas, sino que se hospedan en los hoteles, hacen compras en los comercios y aprovechan también para hacer alguna aventura de montaña. Y todo eso gracias al vino.
Esto explica que cada vez sean más las bodegas que tienen una propuesta gastronómica para ofrecer a sus visitantes, porque no solo es una manera de retenerlos más tiempo en sus establecimientos o venderles algo más, se trata de ofrecerles una experiencia más completa e inolvidable. Y, está comprobado, que esa es la mejor estrategia de posicionamiento de una etiqueta.
Todo este auge, hizo que la afamada Guía Michelin de restaurantes se fije en Mendoza, además de Buenos Aires. Además, el concurso Best Of Mendoza´s Wine Tourism, premia en diversas categorías como Alojamiento, Arquitectura y Paisajes, Arte y Cultura, Experiencia Innovadora, Prácticas Sustentables, Servicios Relacionados y, obviamente, Restaurantes.
El certamen es organizado por el Ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza y Great Wine Capital (GWC); red que integra la provincia desde 2005; quienes anualmente distinguen a empresas locales que se destacan en la excelencia, buenas prácticas e innovación en el turismo del vino.
Y como si fuera poco, en julio pasado se llevó a cabo estos días en La Rioja, una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas de España y del mundo, la ceremonia de los Top 50 The World’s Best Vineyards Academy, en la que se premia las mejores experiencias en bodega del mundo, y varios argentinos se destacaron por sus propuestas gastronómicas incluyendo al ganador del certamen; Catena Zapata, quizás la bodega más icónica del país, que volvió a abrir al turismo desde hace un año e inauguró el exclusivo restaurante Angélica, donde se sirve un menú de 13 pasos acompañado de los grandes vinos de la casa.
Esto significa que cada vez hay más lugares para comer y disfrutar más el vino en Mendoza.
Las propuestas gastronómicas de Mendoza
Si bien las picadas empanadas y las carnes a la parrilla siguen siendo las protagonistas, muchas bodegas se animaron a desafiar las tradiciones, incluso al paisaje. Por eso, no es descabellado encontrarse con un menú donde el pulpo o los mariscos sean los protagonistas para resaltar las virtudes de los blancos y rosados de la casa.
En general no se trata de propuestas a la carta sino más bien menús de pasos, aunque obviamente siempre se pueden adaptar los vegetarianos y veganos. Claro que la mayoría llega a Mendoza por el Malbec y el asado, entendiendo por esto las carnes rojas a la parrilla. Por eso nunca faltan en las propuestas el principal de costilla u ojo de bife al punto que el comensal lo desee para acompañar los tintos importantes.
Pero lo interesante es que la diversidad de los vinos actuales argentinos demanda también diversidad en los platos. Porque ya no se trata de tinos, blancos, espumosos, rosados o dulces, sino que hay muchos estilos, más allá de calidades, disponibles. Y para que se luzcan, es necesario también ser creativos en las cocinas. Además, varias bodegas apuestan a “ser diferentes” con propuestas internacionales, y el turista las acepta con mucho agrado, porque básicamente no se puede estar comiendo empanadas y asado durante toda la estadía.
Entonces, más allá de los que pueden agasajar a los visitantes con lo que hay, aquellas bodegas con impronta propia sobresalen. Muy pocas pueden ofrecer un menú a la carta con productos de estación, el cual no será muy variado, pero si completo. Sin embargo, cada vez son más los que apuestan por cocinar pensando en los vinos sin importar las complejidades que ello demande. Y si bien siempre la limitante es el producto, la creatividad está al nivel de la más alta gastronomía, sin que los lugares, las técnicas o el servicio tengan algo que envidiar.
Lo más osado es proponer un menú de pasos, el cuál es exhibido de antemano, con lo cual el comensal sabe con qué se va a encontrar. Claro que llega a esos lugares atraídos por la fama de sus vinos o por el atractivo de la zona, que suele ser más importante que la comida. Esto ha posibilitado a la gastronomía de Mendoza ofrecer propuestas internacionales y de todos los estilos, con productos muy variados, pero siempre con el toque local de los insumos que provee naturalmente la montaña.
Y al ser el protagonismo de los vinos, estos menús de pasos están pensados en función al maridaje, que puede ir de 4 a 15 pasos, casi siempre con la idea de ir de lo más suave a lo más intenso, tanto en los platos como en las copas. Obviamente, este programa requiere de al menos tres horas, y termina siendo lo más entretenido que ofrece Mendoza, porque alrededor de una mesa es donde mejor se comparte y más se aprecian los vinos.
Los restaurantes de bodegas más destacados
El pionero de esta movida fue el cocinero Lucas Bustos, que a principios del milenio inauguró su primer restaurante de bodega en Ruca Malen. Hoy, Lucas, es uno de los chefs más reconocidos de la Argentina, posee restaurantes en España y Mendoza (Sagrada Cocina) y es el responsable de los fuegos en Espacio Trapiche, un moderno restaurante emplazado en los jardines de la entrada al edificio de la bodega que data de principios de 1900, rodeado de viñas y la huerta orgánica.
Allí el cocinero se inspira en una cocina de producto y en los vinos de Sergio Casé, el enólogo, para dar vida a platos que hablan por sí solos. Ya que todos ellos son una puesta en escena inspirada en los paisajes mendocinos y que van cambiando de acuerdo a las estaciones del año.
Allí los maridajes su vuelven una experiencia integral, porque las sensaciones que emanan los platos y los vinos se pueden apreciar con todos los sentidos. Lucas además es un estudioso de las tradiciones locales y por eso busca rescatar en cada una de sus preparaciones la esencia de la cocina, ya sea de montaña o de mar, para proponer combinaciones que reflejen la cultura que lo rodea.
La fama del enólogo Alejandro Vigil ha trascendido las bodegas y sus vinos, porque desde hace tiempo también se dedica a sus emprendimientos gastronómicos, que significan un gran aporte para la provincia.
Y sin dudas, Casa Vigil (donde también vive) es el lugar por donde todo amante del vino quiere pasar. En Chachingo comienza un viaje poético que termina con un banquete en el paraíso. Allí, cada plato está elaborado con productos de la huerta familiar, inspirados en los productos que cada época del año florece en plenitud y se expresan en las recetas familiares.
Mientras que los vinos con excelentes puntajes internacionales son el gran tesoro, el arte y la historia son también pilares de la gran vivencia sensorial. Cerca de allí se encuentra Finca El Paraíso, la experiencia que Luigi Bosca creó con una propuesta diaria para disfrutar el vino con todos los sentidos y en sintonía con la naturaleza.
La gastronomía, que prioriza y respeta los ingredientes locales, es una pieza fundamental de la experiencia que brindan desde hace ya un año, destacándose por innovadora y la imponencia del entorno.
Es la propiedad más antigua de la familia Arizu y con mayor diversidad de cepajes implantados. Y en el centro se encuentra una casona estilo Château construida en el año 1905 que impacta por su belleza y elegancia, y fue el hogar que alojó a la familia Arizu desde 1926. Allí, además de disfrutar las propuestas que están diseñadas desde lo sensorial y tienen una vinculación directa con lo emocional, se pueden realizar degustaciones entre las vides, eventos al aire libre y la posibilidad de recorrer la casona que es parte de la historia de la familia Arizu.
Otra bodega tradicional que renovó su propuesta gastro y está atrayendo a muchos turistas es Atilio Avena que, de la mano del chef ejecutivo Lucian Ricco, propone cocina que busca identificarse con la memoria de los antepasados, trasladada al presente con la adecuada técnica y el respeto por el producto local, buscando contar la historia de quienes trabajan la tierra.
El Restaurante Abrasado, de Bodega Los Toneles, propiedad de Familia Millán, también es uno de los más elegidos por los turistas para las cenas, por su cercanía al centro de la ciudad.
Y más allá de tener una política diferencial para los residentes (como muchos), con la llegada de la primavera, realizaron modificaciones en la carta teniendo en cuenta la puesta en valor de los insumos de estación, la trazabilidad y la calidad de los productos utilizados, que provienen de fincas y viñedos propios.
Al ser responsables de toda la cadena de elaboración, la propuesta de Abrasado se basa en el concepto “del campo al plato”, y se aplica a los panes, los vinos y los vegetales. Del mismo modo, las carnes llegan a la cocina con la calidad requerida gracias al seguimiento constante de toda la cadena productiva.
El Fogón de Lagarde es uno de los restaurantes que ayudó a posicionar a Mendoza como gran destino gastronómico. Almorzar al costado del viñedo centenario y a la sobra de una arboleda añosa resulta único.
La cocina del restaurant de la bodega se basa en una combinación de variadas técnicas de cocción en fuego –chapa, rescoldo, asador, llama y hornos- con ingredientes autóctonos.
El éxito inspiró a Sofía Pescarmona a abrir Zonda, un espacio más privado también con vista al viñedo, esta vez con cocina a la vista donde proponen un camino de la huerta a la mesa con productos elegidos de acuerdo a la estación y que transmiten la esencia de la cultura mendocina.
Desde los inicios del proyecto, la familia Martino Wines quiso poner en valor aquello que más le gusta, disfrutar de buenos vinos, excelente gastronomía y compartirlo en un ambiente íntimo con amigos.
La propuesta gastronómica estacional está integrada en un menú de 4 y 7 pasos, basada en productos frescos y regionales de estación en la cual predomina trucha, molleja, ternera, pato, coliflor, frescos cítricos mendocinos y chocolates, con la autoría del chef Lucas Olcese. Allí, cada plato está maridado con cada uno de los vinos de la bodega, desde un varietal de variedades inusuales, a un blend de la línea Molteni y al Baldomir Serie Terroir; vinos iconos de cosechas excepcionales y con mucho tiempo de guarda.
El restaurante Martino Wines se ubica en el mismo predio de su bodega de 1901 en Luján de Cuyo, a solo 20 minutos de la Ciudad de Mendoza.
Pero la más flamante apertura en la zona es Observatorio el restaurante del Espacio Robino en la Bodega Dante Robino, un planeta flotando entre los Andes, donde el buen comer y el buen beber, son de todos.
Un universo de recetas simples, pero con reversiones riquísimas, donde el vino es protagonista, pero también hay lugar para otras bebidas. abre, junto al chef Juan Ventureyra, con una propuesta innovadora.
La idea es alejarse de los menús de pasos y maridajes tradicionales, para crear un universo de sabores deliciosos y sencillos, donde el único tiempo que importa es el que se disfruta en buena compañía, con una copa de algo rico en la mano. Hay pastas y embutidos caseros, tortillas, milanesa y otros clásicos de la cocina argentina, pero condimentados con fermentos y salsas como kimchi, sriracha o lactonesa. Para los amantes de lo dulce, la estrella es el alfajor relleno de chocolate y frutos rojos, y son imperdibles los helados artesanales, ideales para acompañar con espumantes de la bodega.
Durigutti Family Winemaker, de los hermanos Durigutti, obtuvo el puesto número 13 en el ranking internacional de los 50 World’ s Best Vineyards, y mucho tiene que ver la propuesta de 5 Suelos – Cocina de Finca, el restaurante comandado por Patricia Courtois.
Se trata de un emprendimiento integral, vitivinícola, turístico y gastronómico, ubicado en el corazón de Las Compuertas, en la Finca Victoria. Un espacio de 40 hectáreas dedicado a la agricultura sustentable con certificación orgánica.
Y si bien ofrece menú a la carta y de pasos, la mayoría va en busca del Menú Historia, una experiencia de 14 pasos que solo respeta la cronología del tiempo, porque foco está puesto en el recorrido gastronómico, pero a través de la historia y no de la intensidad de los vinos. Cada paso está muy pensado, y comienza con un tartar servido en una hoja, acompañado de un vino elaborado en ánforas y de manera natural, para rememorar la antigüedad grecorromana.
El menú va variando pasando por blancos y tintos de todo tipo, incluyendo un vermut de la casa para rememorar la década de esplendor del país (1910). Y culmina con una grapa de Las Compuertas, siempre con las atentas explicaciones del sommelier Martin Krawczyk Pardo.
En Vistalba, Bodega Kaiken la experiencia gastronómica tiene nombre y apellido, porque Ramos Generales es el restaurante creado por el reconocido Francis Mallmann.
Un espacio descontracturado al aire libre para disfrutar una propuesta diferente y distendida, en contacto con la naturaleza y acompañada de los mejores vinos de casa.
Muy cerca de allí, e Inmersa en el mejor paisaje mendocino por sus vistas únicas a la Cordillera de los Andes y viñedos, cada rincón de la Bodega Nieto Senetiner transmite un poco de historia y permite dejarse llevar y abrazar por el ambiente.
Situada en una de las primeras regiones vitivinícolas de Mendoza, Luján de Cuyo, Nieto Senetiner abre sus puertas todo el año con visitas guiadas, degustaciones y almuerzos. En las galerías del restaurante en Vistalba, los sabores, aromas y sonidos son parte de un paisaje único. La gastronomía está a cargo del grupo AZUCA, cuyo chef es Sebastián Weigandt, quien ofrece a los visitantes en cada menú el amor y pasión a la cocina y a los platos culturales, aquellos que nos acompañan desde siempre. Bajo el concepto de alimentos de confort, Sebastián puso el foco en ofrecer una opción de comida “hogareña”, con platos caseros elaborados con productos de altísima calidad.
Celmira Escudero es la Chef Ejecutiva del restaurante de Bodega Renacer, que supo ser galardonado como el mejor de Mendoza. Su propuesta consiste en ofrecer a los visitantes una experiencia 360º: comida y vinos maridados con increíbles vistas a la Cordillera de los Andes, y un servicio de excelencia en un entorno de naturaleza. Su menú está basado en ingredientes frescos, de estación reflejando así una cocina honesta, cercana y con vocación hacia la sostenibilidad, que sumados a platos de alta cocina que generan sabores únicos y experiencias memorables.
En la misma región (Luján de Cuyo) pero en el departamento de Agrelo, uno de los más tradicionales y que agrupa a muchas de las bodegas más reconocidas, Finca La Anita ofrece una propuesta tradicional y una más internacional, dependiendo del día.
La primera está compuesta de un asado criollo con carnes y verduras de estación, mientras que la segunda es a la carta e incluye risotto de quinoa, cerdo braseado, ternera ahumada y malfattis de espinaca, todos platos pensados para ser acompañados por los vinos de la casa.
Muy cerca de allí, abrió sus puertas Angélica, el restaurante de la bodega Catena Zapata donde sólo ofrecen almuerzo en un menú de diez pasos con opciones vegana y sin gluten, elaborado por el chef Iván Azar, pensado para maridar de diferentes maneras, siempre con vinos de la casa.
Desde allí, a través de imponentes ventanales se pueden ver los viñedos y a lo lejos la famosa pirámide que alberga la famosa bodega.
La pequeña bodega Rosell Boher es reconocida por sus espumosos, además de sus vinos, pero también por el Rosell Boher Lodge, un lugar único en el corazón de Agrelo. Allí, llegó en abril pasado Matías Aldasoro a sumarse como Director Gastronómico.
Al consagrado chef que trabajó muchos años con la familia Zuccardi, le gusta involucrarse con los proveedores locales para, juntos y a través del Comercio Justo, obtener los mejores productos de cada estación y al mismo tiempo apoyar los desarrollos sustentables. Su objetivo es plasmar toda su experiencia en los platos de la carta del lugar. Además de maridar con vinos, ofrecen un menú especial para acompañar solo con espumosos, y también opciones de 4 pasos, vegetarianas y plant based. Y es de los pocos en la zona que también abre de noche.
Ruca Malen volvió a abrir su restaurante, con una propuesta muy jugada inspirada en los vinos de Agustina Hanna, en el que cada línea es un capítulo de una historia, y los platos del menú van acompañando la misma secuencia. Así, el Capítulo Uno Chardonnay se acompaña con un appetizer, el Capítulo Dos Corte de Blancs con una calabaza, langostinos y cilantro, mientras que el Pinot Noir llega con una espinaca, huevo y alubias.
El Capítulo Tres para acompañar el principal que es una ternera con guarniciones, se sirve con dos Malbec, el Infuso y el Centenario, todo ideado por el chef Mariano Gallego.
Hacia el sur y camino a la cordillera, en las puertas del Valle de Uco, hay varias bodegas con restaurantes, y Casa Petrini se destaca porque además tiene un lodge y abre para la cena, convirtiéndose así en uno de los lugares más concurridos de la zona.
El restaurante lleva el nombre de Enrico, en honor al padre del fundador, y significa “dueño de la casa”.
Allí se puede disfrutar de una cocina auténtica y gourmet con deliciosos sabores de ayer y de hoy, fusionados en una gastronomía autóctona y mediterránea maridada con los vinos que elabora el enólogo Ariel Angelini. Cada sector brinda una exclusiva vista a la Cordillera de Los Andes y al natural paisaje de viñedos y plantas autóctonas.
En el Valle de Uco son varias las propuestas de bodegas que se lucen, sobre todo al mediodía. Y Andeluna fue pionera en ese sentido. En la bodega de Gualtallary, cada plato es una sinfonía cuidadosamente compuesta, diseñada para desatar sensaciones que danzan en armonía con cada copa de vino.
Creados por el chef Juan Pablo Míguez, su cocina es un lienzo en blanco donde los ingredientes se convierten en pinceles y los sabores en colores. Cada menú es una invitación a explorar un universo de experiencias gastronómicas, siempre acompañados por los vinos del enólogo Manuel González Bals.
Sin dudas, Salentein es una de las bodegas más visitadas del valle, porque no solo ofrece visitas guiadas de todo tipo, con restaurante propio, wine bar y hasta un museo, sino que además ha relanzado el restaurante de La Posada Salentein de la mano del chef Matías Gil Falcón, quien propone una cocina de origen a partir del horno de barro y la parrilla desde donde además de las típicas carnes llega una trucha asalmonada, ideal para acompañar los Single Vineyard blancos de la bodega.
Otro de los pioneros en la zona es el Espacio MV, el restaurante de Bodega Monteviejo, dentro del Clos de Los Siete. La cocina, a cargo de Nadia Haron, funciona con una impronta regional, que recupera todos los sabores del Valle. El restaurante forma parte de Espacio Monteviejo Valle de Uco, un lugar que fusiona toda la experiencia enogastronómica, cultural y turística con “la mejor vista del mundo.
La propuesta es un menú de cuatro pasos en el que el fuerte radica en la combinación de estilos.
Finca Piedra Infinita de la familia Zuccardi es el restaurante al que todos quieren ir en el Valle de Uco. No solo por la imponencia de la arquitectura del lugar y los vinos de montaña de Sebastián Zuccardi, sino por el restaurante con vista panorámica y una cocina de excepción, reflejo de la importancia que le da la familia a la mesa y todo lo que lo rodea, principalmente al vino y al aceite de oliva.
El restaurante abrió sus puertas en marzo de 2016, y allí se puede disfrutar un menú de 4 pasos elaborado con productos regionales con una delicada expresión gourmet maridado con vinos Zuccardi.
rtones del Parque General San Martín, porque desde allí partirán colectivos que trasladarán a los participantes hasta los distintos puntos de largada.