La sopaipilla ha sido un manjar alabado por generaciones. Descubrí la fascinante historia detrás de esta delicia culinaria.
La sopaipilla es una de las comidas típicas de Argentina, Chile y Bolivia. Hecha con harina de trigo, zapallo o calabaza, y manteca, se fríe en aceite hasta alcanzar esa textura crujiente por fuera y suave por dentro que tanto nos gusta.
Respecto a su nombre, surgen dos versiones históricas. Con origen árabe, quienes le decían “sopaipa” a un pan remojado en aceite, usada posteriormente por los españoles en el S.XVIII, quienes la trasladaron hacia América del Sur. Y otra versión, sostiene que los mapuches le dieron ese nombre en honor a un pájaro del sur del país, aunque esta última razón carece de documentación.
En Argentina, especialmente en la región de Cuyo, es llamada “sopaipilla”, aunque en otras zonas del país la conocen también como “torta frita”, pero su esencia es la misma, una masa frita que nos hace agua la boca con solo pensarlo. En Mendoza, incluso, se celebra con su propio festival, el “Festival de la Sopaipilla” en la localidad de Rivadavia.
Así que la próxima vez que te encuentres frente a una sopaipilla, o una torta frita, no solo estás saboreando un bocado delicioso, estás probando un pedacito de historia y cultura, un verdadero tesoro compartido por generaciones.
¿Quién podría resistirse al aroma tentador de una sopaipilla recién hecha? Te dejamos la receta para que realices este manjar de la gastronomía regional. ¡A disfrutar!
Sopaipillas – Receta
- Paso 1: Colocá toda la harina en un recipiente y hacer un hueco en el medio. (250g harina común y 250g harina leudante).
- Paso 4: Agregá la grasa derretida (8 cdas grasa derretida), mezclá con un poco de harina y comenzá a sumar el agua (200cc) con la sal (cdd necesaria).
- Paso 2: Integrá todo hasta formar una masa bien firme. Luego, hacé bollitos, estiralos y haceles un pequeño corte en el centro de la masa.
- Paso 3: Colocá en una cacerola o sartén grasa o aceite (opcional) a calentar. Cuando la grasa esté bien caliente, cocinalas hasta que se doren y ¡a disfrutar!